lunes, 6 mayo 2024 - 05:01

Empantanado en el Fondo. A las elecciones con un futuro incierto para la economía

Mientras siguen transcurriendo elecciones provinciales y ya queda menos de un mes para las PASO nacionales, la situación económica del país, aunque se encuentre solapada por las campañas electorales sigue un curso brumoso con inflación alta, dólares paralelos disparados y una incógnita con respecto al acuerdo con el FMI.

Como viene sucediendo dese hace días Hacienda, cartera que conduce el ministro candidato Sergio Massa volvió a informar que hoy sale una comitiva para Estados Unidos con la tarea de cerrar el nuevo acuerdo puente con el Fondo hasta diciembre. Lo cierto es que a fines de junio el candidato de Unión por la Patria había lanzado una declaración pública en la que prometía: “En las próximas horas se va a conocer cómo es el programa de los próximos 6 meses con el Fondo”. Pareciera que el ministro comienza a fundirse con la lógica que imprime el presidente Alberto Fernández a sus ministros, la misma que refleja a un gobierno sin volumen político, sin capacidad de resolver problemas de las mayorías sociales y, a la par, entregar ante cualquier pedido del círculo rojo u organismos de crédito.

Si bien Massa en modo campaña comenzó a “disparar dardos” contra el FMI, no deja de destacar que la única forma de sacárnoslo de encima sería por medio de abonar en efectivo la deuda fraudulenta que tomó el macrismo. Seguramente el ministro no quiere echar a perder un acuerdo con el Fondo que le costó horas de rosca cuando cumplía las funciones de presidente de la Cámara de Diputados. Es innegable el lobby que realizó para que oficialistas y opositores levanten la mano del proyecto que pergeñaron los burócratas de Washington y Martín Guzmán. Sin embargo, estos gestos parecen no tener retribución, porque el Fondo es el Fondo.

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A sabiendas que el ministro candidato ni bien comenzó en su cargo sobrecumplió las metas del ajuste el FMI, sin importar el comportamiento de su empleado, exige que aún se cumpla lo firmado en el Congreso. No caben contemplaciones por las consecuencias que generó la sequía de este año. Massa por su parte no se niega a seguir pasando la podadora en Desarrollo Social, Salud y Educación por cuestiones ideológicas; sino que se juega su pleno para poder tener alguna chance de ser el próximo presidente. No sólo es más ajuste lo que traba el nuevo acuerdo por el que se crean expectativas por parte del oficialismo; sino que el Fondo también reclama que se achique la brecha cambiaria por medio de una devaluación, que se estima puede llegar a ser del 30%. En ese trance, los funcionarios del FMI tampoco quieren entregar nuevas partidas que puedan ser utilizadas, como hizo Macri entre las PASO y Generales de 2019, en una eventual corrida cambiaria. Este punto es bastante sensible y principalmente el que desvela a Massa, ya que las reservas netas son negativas por un saldo de U$S 6.500 millones. Lo mismo que suponer un nulo poder de fuego para detener el alza de precio del billete verde.

¿El Fondo cambió?

Mientras este gobierno trabajó para vender la idea de que el Fondo no es el mismo de antes, la experiencia mundial refleja totalmente lo contrario. El caso más cercano hoy por hoy es el de Egipto. Seguramente algunos recordarán las reuniones que Massa tuvo con su par Mohamed Maait, las cuales generaron algunos rumores disparatados en donde se especulaba con una unión de países para defaultear ante el Fondo.

Lo cierto es que Egipto, un país tan ahorcado como Argentina con el FMI, se decidió aplicar una política conocida en tierra local. El gobierno del país africano decidió “vender parte de las acciones que posee en 32 compañías para 2024, unos planes que llevan arrastrándose desde 2016. Por el momento el Ejército ha empezado a traspasar algunos de sus activos de las firmas que el gobierno quiere vender a otras sociedades que, por el momento, no están en su radar. Una reacción que indica que la liberalización puede no ser tan profunda como le gustaría al FMI[i]. Menemismo en árabe no sabemos cómo se escribe, pero claramente lo descripto es la esencia del programa aplicado los ´90 en nuestro país.

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El Fondo reclamará que Argentina entregue más y más para cumplir, no importa cómo. Lejos de algún acto soberano, la inauguración del gasoducto y la profundización de la idea de seguir orientando la economía a un modelo reprimarizado, dedicado a la explotación de nuestros bienes comunes muestra la intención de cumplir por parte de la alianza que contiene a Cristina Fernández de Kirchner, Alberto y Massa.

Hay que agregar también, ante otra mentira que se hizo circular por estos días, que no hay apoyo de China en ninguna negociación con el Fondo. Lejos de existir la carta que mencionan algunos medios al directorio del organismo, que se acepten los pagos en yuanes no presenta nada de positivo, más bien responde a una regla del sistema deuda en el que está inmerso nuestro país en manos de los gobiernos capitalistas. Se sabe que los créditos que otorga el gigante asiático tienen una tasa de interés más elevada que hasta la del propio Fondo y, además, también tiene condicionalidades políticas como sumarse al proyecto de la Ruta de la Seda.

El FMI es caos económico y miseria para las mayorías

Mientras sigue la rosca para ver cómo continuar atados al FMI, la inflación no cesa por más que en junio se haya una baja reflejado con respecto al mes anterior. El índice festejado es del 6% y un 115% interanual, mientras las perspectivas del REM del BCRA muestran una escalada que parece seguir hasta superar los tres dígitos en el año. Esto sin dudas es consecuencia de un acuerdo que es inflacionario.

Ya hemos denunciado que entre las clausulas que pide el organismo están las tasas positivas de interés, elemento que motiva el encarecimiento del crédito productivo, que en última instancia tiene su reflejo en las góndolas y mercancías de cualquier tipo. Ni hablar de que también es una política que hace frenar la economía local, fenómeno que la propia Confederación Argentina de la Mediana Empresa reconoce de este modo: “El sector comercial viene sintiendo cada vez más la pérdida de poder adquisitivo de las familias en manos de la inflación”.

Queda a la vista de todos que el gran problema del país es la deuda externa, todo queda supeditado a esa aspiradora de recursos que busca convalidar una estafa. Es hora de romper con el Fondo y dejar de pagar para poder salir del laberinto en el que la economía de nuestro país está estancada y genera miseria social.


[i] La crisis desata una oleada histórica de privatizaciones en los países emergentes. elEconomista (16-04-2023)

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