miércoles, 1 mayo 2024 - 19:07

Día del Excombatiente. ¿Héroes o Victimas?

Este 2 de abril se conmemora un nuevo día del excombatiente de la guerra de Malvinas y, como todos los años, se reedita un debate que tiene que ver con la valoración sobre los veteranos. ¿Fueron héroes o fueron víctimas? En las siguientes líneas un aporte al debate.

Cuando abordamos este debate, primero tenemos que hacer una salvedad importante. Al hablar de  excombatientes nos referimos a los soldados conscriptos que participaron en la guerra circunstancialmente por haber estado realizando el servicio militar obligatorio. Dejamos de lado a los mandos militares y oficiales por dos razones: la primera es porque eran militares de carrera en un momento donde las fuerzas armadas habían usurpado el poder, y como tal detentaban la decisión de la guerra. La otra cuestión, mucho más grave, es que la mayoría de los oficiales que participaron en la guerra fueron parte, en mayor o menor medida, del genocidio realizado por la última dictadura militar. Sobran ejemplos como el caso de Mario Benjamín Menéndez, jefe de la fuerza en Malvinas, quien dirigió el Centro Clandestino de Detención de “La escuelita” en Famailla o de Alfredo Astiz, quien dirigió el desembarco en las islas Georgias y se rindió sin disparar ni una sola vez, habiendo sido responsable de la desaparición de las fundadoras de las madres de Plaza de Mayo. O el caso más icónico  del Capitán Pedro Giachino, quien fue el primer caído en el conflicto y tratado como héroe, hasta su vinculación con los CCD de la ESMA y la base naval de Mar del Plata. Por sus delitos contra la humanidad, jamás los incluiríamos en este debate, ya que son genocidas.

Resistir a los ingleses

La guerra fue un intento de la dictadura de catalizar la bronca creciente de la población contra las juntas militares. Tuvo un sentido propagandístico, alimentado por los medios, para levantar la imagen del gobierno militar tocando una fibra sensible para la población como era la “cuestión Malvinas”, enfrentándose a Inglaterra y apelando al sentimiento antiimperialista de la población.

En las islas la situación era muy distinta a la que el aparato propagandístico de la dictadura “informaba”. Los soldados, en su mayoría, eran jóvenes de 18 y 19 años sin entrenamiento militar, con armas que ante el frio y las condiciones de las islas se encasquillaban o directamente no funcionaban, sin abrigo suficiente y con una alimentación con bajo poder calórico. En esas condiciones enfrentaron a uno de los ejércitos más poderosos del mundo a pesar de sus direcciones militares. Durante la guerra hubo varios eventos heroicos por parte de estos jóvenes, amén de resistir estoicamente las condiciones físicas y tácticas de la guerra. Como ejemplo podemos citar el caso de Oscar Poltronieri, conocido como el “héroe del Monte 2 hermanas”, quien con una ametralladora MAG resistió en soledad el avance de todo un pelotón inglés para cubrir la retirada de su batallón. O Félix Aguirre, que resiste a las fuerzas británicas y se expone al fuego de tropas propias en la batalla de monte Tumbledown para rescatar a un camarada, con un final mortal para ambos. Pero como estos casos hay muchos más que no fueron debidamente registrados.

Pero en las islas, los conscriptos no solo tenían enemigos en el bando contrario sino también en el propio. El Centro de Excombatientes de Islas Malvinas (CECIM), junto a la Mesa de Coincidencias Malvinas (MECOMA) vienen denunciando hace años al menos 130 casos de torturas de los oficiales a los soldados durante el conflicto, las cuales incluían estaqueamientos, pero también inmersión de las cabezas de los soldados en agua y simulacros de fusilamiento, tal como lo hacían en los Centros Clandestinos de Detención[1].

Todo este accionar de la dictadura se desmoronó como una torre de naipes el día 14 de Junio, cuando se firmó la rendición incondicional de las fuerzas argentinas, cayendo la farsa del gobierno dictatorial en Buenos Aires.

La larga vuelta a casa

La vuelta de las tropas al continente fue recibida con frialdad y apatía. La derrota del régimen también salpicaba la labor heroica de esos pibes que sin herramientas, sufriendo el acoso del enemigo y de sus propios oficiales habían logrado tener un rol más que digno contra uno de los ejércitos más poderosos y apoyado por las potencias mundiales.

La visión de un gran sector de la población no diferenciaba entonces  entre el régimen genocida y sus oficiales y estos pibes que sin posibilidades habían sido enviados obligados a ir a un conflicto a ciegas. La idea de las “víctimas” de la guerra se acrecentó durante esta etapa, especialmente porque la dictadura los “ocultó” durante un tiempo para amedrentar a los soldados a no contar nada de lo que había ocurrido en la guerra[2], enmarcado en el plan de “desmalvinizacion” de la sociedad a la que el gobierno apuntaba para desmovilizar al pueblo.

El retomar la vida “normal”, tanto durante el final de la dictadura como durante los primeros años de la democracia, fue una odisea para muchos conscriptos. Durante esta etapa se contabilizan casi la mitad de los más de 500 suicidios de exconscriptos combatientes que contabiliza la Asociación Combatientes de Malvinas por los Derechos Humanos.

Por si fuera poco, las asociaciones de ex combatientes de la provincia de Buenos Aires fueron espiadas e infiltradas por la inteligencia de la policía provincial, durante la década de los 80 y 90´s como señala la Comisión Provincial por la Memoria al abrir los archivos de la DIPPBA[3]

El debate que se debe la sociedad

Sobre el debate que refiere esta nota, nos parece  imposible sostener una de las dos posiciones sin la otra. Se nos plantea una contradicción dialéctica: los conscriptos fueron víctimas de un régimen genocida. Aun así, el accionar de esos jóvenes impulsados por una lógica acción de supervivencia, podríamos definirlo como heroico, no en el sentido de la epopeya griega, sino más bien en el sentido de la definición práctica de personas ordinarias logrando cosas extraordinarias.

El informe Rattenbach[4] apoya esta idea, sosteniendo que la dictadura en ningún momento tuvo intenciones de ganar la guerra, sino solo de lograr un efecto propagandistico. Quienes tomaron el espíritu antiimperialista del pueblo y combatieron a los ingleses de manera acorde fueron los conscriptos. Los hijos olvidados de la clase obrera, poniéndole el cuerpo al poderío ingles.

Germán Gomez


[1] https://www.comisionporlamemoria.org/yo-tambien-hablo-una-campana-para-denunciar-las-torturas-en-malvinas/?fbclid=IwAR06eU9y92wmgOH5RCdBpdN6tBxjr1YG9PISESYQZ9VBF_jeDcXCk__M_jg

[2] https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-282841-2015-10-01.html

[3] https://www.comisionporlamemoria.org/recursos-para-trabajar-malvinas/

[4] https://www.casarosada.gob.ar/pdf/InformeRattenbach/01-InformeFinal.pdf

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