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El pasado lunes, el padre de la convertibilidad publicó en su blog personal una serie de recomendaciones económicas para que el gobierno libertario evite un salto devaluatorio con potencial de desestabilizar el programa que el oficialismo viene aplicando.
Hace unas semanas, Javier Milei lo trató como un impresentable y, además, echó a su hija de la OEA. Pero el exministro de Economía de Menem y De la Rúa, Domingo Cavallo, volvió a tenderle una mano al equipo económico del oficialismo. En esta ocasión, el creador del 1 a 1 presentó una serie de medidas económicas para evitar un proceso devaluatorio que desequilibre al gobierno libertario.
A pesar de los insultos que el mandatario libertario le propinó, los deseos de Cavallo para que este plan económico salga bien son muchos más fuertes. Por esto, el economista estrella del menemato y del gobierno de La Alianza, que se encargó de perjudicar a los trabajadores en esos mandatos, busca aportar su granito de arena para que este programa de ajuste recargado se mantenga y logre lo que él no pudo concretar al cien por ciento.
A todo esto, las recomendaciones no le cayeron demasiado bien al oficialismo, a tal punto que Francos salió a contestarle. En resumen, el gobierno continúa complicado, las presiones vinculadas al mercado cambiario, junto con el estado de las reservas no parecen poder disiparse en un futuro cercano.
Los consejos del Mingo
Preocupado por cómo responder a las exigencias cambiarias que aquejan al gobierno de Milei, Cavallo sugirió en su blog personal[i] una serie de medidas para darle un poco más de aire a esta gestión. Un acto de solidaridad para un gobierno que necesita ampliar su margen de maniobra en un año electoral.
Una de las preocupaciones para el economista del neoliberalismo de los noventa es el plan de actuación ejecutado por el oficialismo hasta el momento. En su página personal expone lo siguiente: “Si se persiste con el actual manejo cambiario crece el riesgo de lo que el propio gobierno quiere y debe evitar, que es un salto devaluatorio desestabilizante del proceso de desinflación”. Cavallo tiene claro que un aumento abrupto en el precio del dólar podría ser devastador para los números de la inflación que el gobierno viene celebrando en los últimos meses.
La desaparición de ese último caballito de batalla, como lo es el proceso de desinflación, bastante cuestionado últimamente, antes de las elecciones legislativas, podría ser una herida importante para este gobierno. La posibilidad de un golpe de este calibre para la gestión podría ser peligrosa para su futuro, sobre todo si se observa el derrotero transitado desde el discurso de Davos en adelante: un período en el que la crisis y los golpes autoinfligidos no dejan de aparecer.
Con este estado de situación, Cavallo propone eliminar el dólar Blend[ii], incentivar las exportaciones y ajustar el pago de servicios turísticos e importaciones no esenciales. En relación al Blend, pide su eliminación para que el 100% de los ingresos por exportaciones sean vendidos al Banco Central. Respecto al incentivo de las exportaciones, la línea sería continuar disminuyendo las retenciones a las exportaciones del agro y de las economías regionales, proceso comenzado a mediados de febrero. A esto se le sumaría la ampliación de reembolsos fiscales. En cuanto al último ítem, aconseja que el pago de estos servicios e importaciones se realice mediante el dólar CCL para evitar el uso de recursos del Banco Central.
En definitiva, el razonamiento del economista se centra en que “si no se liberaliza al menos el dólar CCL y se siguen utilizando las divisas del superávit comercial para controlar el tipo de cambio en este mercado, el anuncio de la eliminación del cepo a finales de 2025 llevará a que los inversores esperen un salto devaluatorio significativo, incluso si para entonces se hubiera producido un desembolso importante del FMI”.
La batería de medidas compartidas por el Mingo Cavallosolo apunta a mantener la lógica de este gobierno, pese a los matices que pueda tener con Milei. Tanto la eliminación del Blend, como la reducción de las retenciones o la liberalización del dólar contado con liquidación, son acciones que no contribuyen a encontrar una salida a la crisis que afecta a los trabajadores. Todos estos consejos buscan alcanzar acuerdos con los sectores económicos concentrados, nacionales e internacionales, para que la gestión mileista no reciba un golpe que acelere un proceso de desestabilización, algo que Cavallo conoce perfectamente.
La respuesta del gobierno
A pesar de la gentileza del exfuncionario, los consejos no fueron bien recibidos. Milei, hace unas semanas, dejó de considerar al economista como el mejor ministro de Economía de la historia argentina para tacharlo de impresentable.
En esta ocasión, el encargado de responder fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. En diálogo con Radio La Red, el funcionario declaró: “Cavallo es amigo, sigo sus declaraciones y varias veces se equivoca; nadie es infalible. Habló de que no se iba a bajar la inflación al nivel que está hoy y se ha equivocado sobre eso”. Además, aclaró que el gobierno no ve necesidad de iniciar un proceso devaluatorio ni considera que existan problemas en el modelo cambiario. Para Francos, esto se debe a que “el gobierno, como consecuencia de no haber emitido moneda, de haber mantenido la misma masa monetaria que tenía desde mayo o junio, entiende que no puede haber de ninguna forma devaluación. Si entran dólares, y no se emite, no puede haber aumento del precio del dólar”.
Las reservas
Las declaraciones del exministro surgen debido al crítico estado de las reservas del BCRA. La intervención continua en el mercado cambiario para mantener la brecha con los dólares paralelos hace que la sangría de divisas no cese. A esto se le suma el vencimiento de deudas con organismos internacionales y otros fondos extranjeros.
En medio de un año electoral, donde las presiones para eliminar las restricciones cambiarias, exigidas por el FMI y sectores empresariales, se multiplican, el gobierno empieza a contar con menos herramientas para solucionar esta situación.
Para ilustrar este momento crítico, basta mencionar el saldo negativo de las arcas del Central: en febrero se perdieron USD 312 millones, y en la suma de los dos primeros meses de 2025, en total se quemaron USD 1.612 millones.
Frente a este escenario, el gobierno espera con ansias la liquidación de la cosecha gruesa del agro para ver si así encuentra aire y sale del saldo negativo en sus reservas.
A mediados de febrero, tras finalizar su reglamentación, se puso en marcha el decreto 38/25, que reduce temporalmente los derechos de exportación (retenciones). Pero esto, que también propone Cavallo, no muestra signos de cambio en la dinámica de las reservas. Por ejemplo, en febrero se liquidaron USD 2.181 millones, un 45% más que en febrero de 2024 y un 5,8% más que en enero pasado. Sin embargo, ni siquiera estos números positivos frenan la caída de las reservas del Banco Central, producto de la venta de divisas para contener el valor de los dólares paralelos y del aumento en las importaciones.
Los caminos para el gobierno se estrechan cada vez más. Para la liquidación del grueso de la cosecha faltan dos meses, y, por el lado de la negociación con el FMI, todavía no hay confirmación por parte del organismo internacional. Por lo tanto, el aire que esto le daría a las reservas no lo tienen resuelto en absoluto.
A pesar de que el gobierno intente demostrar alguna victoria, como quiso hacer en la apertura de sesiones, la estabilidad transmitida en los últimos meses del año pasado comienza a desaparecer, y las preocupaciones planteadas por Cavallo se vuelven más evidentes. Mientras tanto, hay que poner fin a todos los intentos de profundizar el ajuste que el gobierno lleva adelante, además de impulsar la movilización y la organización desde abajo para que este gobierno de estafadores de vaya.
[i] https://www.cavallo.com.ar/encontrara-el-gobierno-la-forma-de-aumentar-las-reservas-netas-del-banco-central-como-para-poder-remover-el-cepo-al-final-de-2025/
[ii] Dólar Blend: Tipo de cambio utilizado para liquidar operaciones en un dólar con un precio híbrido, donde un 80% toma el valor del precio oficial y un 20% del dólar CCL.