viernes, 19 abril 2024 - 20:34

Debates. Cristina, el Grupo Puebla y el desafío-dilema del FIT-U 

En un evento del Grupo Puebla en el CCK, habló Cristina en la tercera edición del Foro Mundial de Derechos Humanos y presentación del libro «Objetivo: Cristina». Dejamos nuestra opinión del discurso y consideraciones sobre este espacio internacional. También nos referimos al desafío que tiene el FIT-U si se ubica correctamente atrayendo a miles de decepcionados con este espacio. Y al dilema en que se encuentra para lograrlo y transformarse en una herramienta política superior. 

El Grupo Puebla 

La vicepresidenta habló en el marco de una actividad del Grupo Puebla, espacio político y foro internacional donde cohabitan ex presidentes del progresismo latinoamericano, intelectuales afines y referentes de la socialdemocracia. Hoy fuera de la responsabilidad de gobernar, la mayoría de sus integrantes deambulan por el mundo recitando sus recetas sobre qué hacer para lograr derechos sociales y frenar a las derechas. 

Lo que no dicen es que estando en el gobierno no garantizaron un cambio cualitativo en torno a derechos sociales para las mayorías, porque en el mejor de los casos, solo atendieron mínimamente el desastre social que se vivía, y se dedicaron a administrar, con algunos cambios parciales, el modelo neoliberal. Esto los llevó a no enfrentar el poder político, económico y mediático del sistema, a convivir sin tocar ninguno de los ejes estructurales del capitalismo, se asociaron directamente en muchos casos con corporaciones multinacionales extractivas y destructivas y se apoyaron en las burocracias sindicales de todo tipo, para intentar que el descontento social no se expresara en las calles, sin lograrlo. 

La decepción con muchos de estos gobiernos que prometieron cambios que no garantizaron, adquirió demasiado peso. Y la combinación de este proceso con el malvivir de millones, le abrió la puerta a sectores de la derecha proyanqui para volver a los gobiernos. Luego estas ajustaron, reprimieron y volvieron a perder las elecciones, como fueron los casos de Chile, Colombia, Brasil y Argentina, entre otros. 

Este evento del Grupo Puebla y el discurso de CFK, se dan en el marco de nuevas decepciones, como es el caso argentino donde el Frente de Todos gobierna en acuerdo con el FMI, del chileno que se viene deteriorando por no animarse a tocar las estructuras heredadas del pinochetismo. Y la reunión se da también en el marco de dos gobiernos nuevos; Petro y Lula, que en sus primeras medidas anticipan un camino de conciliación con las derechas que dicen enfrentar. Se vienen en nuestra opinión, nuevas frustraciones. Comenzando por escuchar a ideólogos del sector como García Linera, teorizar actualmente sobre que estamos en un momento donde no están planteadas transformaciones sino gestionar e intentar evitar que vuelvan nuevas derechas. Programa mínimo e ineficaz, si los hay. 

El discurso de CFK Las palabras de CFK estuvieron enmarcadas en la presentación del libro «Objetivo: Cristina», en denuncia al accionar del lawfare. Un material orientado por el Grupo Puebla que es una herramienta de este sector político en su denuncia al sistema o «partido judicial» al decir de CFK. Que la justicia clasista de este sistema es repugnante, no cabe duda, como muchas de las atribuciones sesgadas que se toma o sus investigaciones y sentencias decididas de acuerdo a sus intereses políticos de turno. Aunque denunciar esto es necesario, no elimina la responsabilidad política de los gobiernos peronistas y macristas en gigantes entramados de corrupción que merecen una investigación verdadera, que solo puede hacerse de manera independiente. 

Sobre estos temas CFK dijo, entre otras cosas, que «las sentencias se escriben en los medios». Desde ya, es evidente el rol macabro de los medios hegemónicos asociados a fuerzas conservadoras. Lo que no dice CFK es que bajo los gobiernos progresistas el modelo capitalista y corporativo de medios quedó vigente. También se refirió a la economía con preocupación. Olvidando que las medidas económicas del gobierno del cual es vicepresidenta, son de ajuste cotidiano, enmarcadas en un acuerdo con el FMI. Acuerdo al cual critica, pero no hace nada para evitar que se aplique. Agregó que a ella y a otros progresistas los persiguen, porque igualaron socialmente a las mayorías. De nuevo, habla sobre el tema dejando de lado estos tres años de gobierno del Frente de Todos, con una desigualdad social ascendente y una inflación descontrolada. 

No vamos a hacer referencia aquí a todo lo dicho por CFK. Solo decir que finalmente dijo en referencia a la necesidad de fortalecer su proyecto, que es «para afrontar los dramas como el narcotráfico o cuando vengan a buscar recursos naturales». Una frase que parece olvidar que ella, fue y es parte de gobiernos que entregaron nuestros bienes comunes a corporaciones extractivas y permiten el avance del agronegocio y los agrotóxicos. Esa es la única realidad indisimulable. Mientras sigue sin decir nada sobre su candidatura. 

En resumen, uniendo la estrategia del Grupo Puebla con las palabras de CFK que acompañan ese rumbo, surge evidente que la tarea de la izquierda es superar estas experiencias fallidas. Las cuales cuando fueron gobierno, nunca enfrentaron verdaderamente los intereses del poder judicial cuya arquitectura han mantenido y ni atacaron al poder económico que critican. Fue el consenso lo que primó y así ese poder sigue en pie y actuando. Hay que superar el modelo progresista y hacerlo por izquierda, impulsando la más amplia movilización contra los planes del FMI, los ajustes y en defensa de los derechos obreros, populares y de la juventud, invitando a miles de decepcionados que quieren frenar a las derechas, a que den esa lucha tan necesaria junto con la izquierda. Luchando en la calle y disputando política e ideológicamente contra el posibilismo que termina siendo funcional a las derechas, y levantando un programa de fondo, de ruptura con todos los poderes de la estructura capitalista, resulta algo muy necesario y posible. Frente a esta necesidad y oportunidad política, la pregunta es qué debe hacer el FIT-U, dentro y fuera de las elecciones, para afrontar estos desafíos. 

El FIT-U y sus dilemas 

En un país de tensiones políticas, fuertes luchas sociales y polarización creciente, no es menor qué hace la izquierda anticapitalista y socialista y que actitud toma el FIT-U ante cada lucha social, política y electoral. 

Sobre el rumbo de la unidad de la izquierda que conformamos, venimos insistiendo en superar el carácter electoral del FIT-U, por eso levantamos la propuesta de avanzar a un tipo de frente más profundo, de funcionamiento permanente, que articule todo incluido la participación en las luchas y abra su participación a la izquierda social, intelectual e independiente. Para tener más fuerza social contra las derechas y para atraer hacia la izquierda a franjas decepcionadas con el progresismo, tenemos que hacer todo esto y mucho más. 

Por eso seguiremos insistiendo en nuestra propuesta y a la vez debatiendo con visiones equivocadas como las de Izquierda Socialista, que asume el carácter del frente electoral como inmodificable, una postura política que no sirve para pelear por cambios positivos, sino que es reflejo de adaptación electoralista y conservadora, de defensa de un modelo limitado. No compartimos esa concepción ni otras que retrasan los objetivos políticos necesarios que tenemos en la izquierda. Diferimos con algunas posturas de compañeros del PTS y PO, quienes no actúan para sacar al FIT-U hacia adelante y en unidad, envueltos en una disputa que se desarrolla entre fuertes ataques públicos y marchando por carriles desproporcionados que de tanto en tanto los desubica políticamente. Nada de esto ayuda a aparecer como alternativa al fracaso del progresismo. 

Tampoco sirve dejar de lado una disputa en grande contra las derechas y el posibilismo y reducir el frente a peleas que son evitables. Tal es el caso de PO en Mendoza, que se negó a ser parte de una lista unitaria junto al MST y el PTS porque sí o sí pretendía el cargo de gobernador, colocando ese reclamo como condición, cuando no le correspondía. O luego el PTS en Salta con algo más grave; dar un extraño giro y cambio de posición, pretender lugares que no le correspondían e intentar tapar todo con un pedido de un acta acusatoria contra luchadores obreros de Oran, para luego finalmente irse del Frente de Izquierda que conformamos el MST y PO. 

En una y otra provincia, desde el MST valoramos las unidades que se pudieron construir y abrimos espacios para que se conformen, poniendo la necesidad de unidad en un primer plano. Lo mismo hicimos en Jujuy, que es la otra elección de importancia de esta tanda electoral. En ninguna de estas importantes provincias participa Izquierda Socialista, la fuerza más pequeña y menos extendida de nuestro frente. 

Si nos referimos a estos ejemplos electorales es porque muestran como el FIT-U, en el marco de ser un frente positivo que juega roles importantes y ser el único frente alternativo a todas las variantes del sistema, tiene a su vez mucho por mejorar y cambiar. 

De eso se trata el dilema en el que estamos y que va mucho más allá del proceso electoral. Finalmente llegarán las elecciones nacionales. En un reciente artículo los compañeros de PO dicen: ¿Cómo se puede discutir una fórmula presidencial de la izquierda sin discutir su contenido político? Compartimos. Una fórmula presidencial tiene que expresar acuerdos políticos claros y la unidad general del tipo de campaña y disputa que vamos a dar. Al mismo tiempo, el debate de una fórmula presidencial también conlleva un acuerdo sobre todo el armado nacional de las listas y el de CABA y Buenos Aires. Es un debate político y de candidaturas, es decir un debate integral el que debe realizarse. Porque intentar que haya listas unitarias es muy correcto, solo que las mismas se construyen con propuestas que garanticen unidad política para una lucha común, la visibilidad de las y los principales referentes, que las diferentes ideas que hay en el FIT-U puedan expresarse y rotaciones justas de todo lo que se logre. De lo contrario, quedarán las PASO como opción válida para quien defina utilizarlas. 

Cele Fierro y Alejandro Bodart, precandidatos a presidenta y vice por el MST en el FIT Unidad.

Contra las derechas y el posibilismo 

Si el Frente de Izquierda supera los debates electorales de la mejor manera, y sobre todo si el resto de los partidos que lo integran se aviene a un debate profundo sobre como transformarlo en una herramienta política y de lucha muy superior, estaríamos en mejores condiciones para dirigirnos a millones de trabajadoras, trabajadores y a la juventud. Al inicio de esta nota, marcábamos la política equivocada de los referentes del Grupo Puebla, las contradicciones del discurso de CFK y la decepción que en países como el nuestro generan fuerzas del denominado progresismo, ese posibilismo que fracasa como meros administradores del capitalismo imperante. Frente a una realidad que genera que miles y miles busquen otro camino, en el FIT-U tenemos el desafío y la oportunidad de dar un gran salto. Podremos darlo o no, depende de que hagamos el tiempo que viene. 

Desde el MST en el FIT-U seguiremos proponiendo un camino que creemos mucho mejor para dar un salto real que potencie el futuro de la izquierda. En franca lucha, como siempre, contra todas las derechas y contra las falaces propuestas de un progresismo que va de fracaso en fracaso y que en nuestro país se encamina a uno más. No perdamos esta oportunidad para postular a fondo a la izquierda como opción de poder junto a millones. 

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