lunes, 29 abril 2024 - 11:25

Crisis en la UCR y Juntos por el Cambio. Símbolo de un régimen político que agoniza

Las declaraciones del “presidenciable de la UCR, el neurólogo Facundo Manes, equiparando el “populismo institucional” de Macri con el de Cristina Kirchner y denunciando la gestión del ex presidente del PRO por las causas de espionaje y operaciones judiciales causaron un fuerte revuelo al interior de la coalición opositora Juntos por el Cambio y al interior de su propio partido, la centenaria UCR, cuyo Comité Nacional sacó un comunicado descalificando sus declaraciones. Otra crisis de una de las patas de un régimen político responsable de la miseria creciente de la población trabajadora y del remate de nuestra soberanía.

Juntos por el Cambio se sacude en su disputada interna pre electoral. Esta vez no fue la pelea entre “halcones” y “palomas” del PRO, ni las denuncias de Lilita tratando de apartar a los miembros de la coalición opositora de sus coqueteos públicos con Massa en épocas en que debe primar la fachada opositora; esta vez el turno le tocó a la UCR. Fue su figura, el considerado por muchos como un outsider, mencionado por otros como “la esperanza blanca” que viene a renovar la política en épocas de total apatía y descreimiento con lo viejo, el neurólogo Facundo Manes quien pateó el tablero.

Como comentan varios editorialistas, entre ellos el conocido Carlos Pagni en su nota para La Nación[i], el neurólogo, en la disputa interna por las candidaturas denunció graves hechos ocurridos en la administración de Macri con cierto grado de “impericia”. Otros aplauden estas audacias como parte de una pelea por renovar la envejecida cúpula radical y aggiornarla para disputar con mejores resultados la interna de la coalición de un JxC que hoy aparece como ganadora de las próximas elecciones, dado las enormes penurias que sufre la mayoría de la población con una inflación desbocada que ya superó el 100% anual.

Morales y Manes

A Manes no se le habría ocurrido mejor idea para relanzarse en la disputa interna por la futura candidatura presidencial de JxC que invalidar a Macri por su falta de transparencia y “populismo institucional”, contracara del “populismo cristinista”. El populismo macrista se habría apoyado en la manipulación de la Justicia y los servicios de inteligencia. Las inoportunas denuncias hicieron estremecerse a la mayoría de las figuras importantes de la coalición.

No fue solo el PRO, espacio donde un amplio arco que va desde halcones como Patricia Bullrich hasta palomas que disputan la candidatura máxima, como Horacio Rodríguez Larreta, tuvieron que dejar sus peleas cotidianas para salir a defender al unísono al ex presidente. Fue quizás, la reacción de la UCR, cuyo comité nacional piloteado por el otro “presidenciable”, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, con el aval de su principal adversario interno, el porteño senador Martín Lousteau, la que tuvo que salir a despegarse de las declaraciones de este outsider. Públicamente, solo apoyó a esta figura emergente del radicalismo el comité que dirige la provincia de Buenos Aires.

Que los dirigentes máximos del PRO, entre ellos varios espiados como Larreta o Vidal, hayan tenido que salir a defender a Macri parece algo lógico. Lo que revela la magnitud de la cuerda sensible que tocó la “impericia” de Manes es la declaración del Comité Nacional Radical.  El escrito es una pieza de colección, ya que constituye una verdadera oda a la impunidad. En su texto puede leerse: “Estamos enfocados en proveer soluciones a todas aquellas cuestiones que afectan a una sociedad muy castigada y, por momentos, escéptica. Cualquier manifestación que se aparte de ese rumbo, no importa donde provenga, lesiona la esperanza que venimos construyendo desde JxC”.

Para los radicales si Macri espió o no, es secundario. Si manejó con Angelici la Justicia a su antojo, también. Lo central es perfilarse para ganar las próximas elecciones, colaborando en mantener la actual inestable estabilidad del cuestionado régimen político actual, en épocas en que la sociedad esta “muy castigada”.

El propio Pagni en su editorial combate esta declaración, una verdadera confesión de parte. Como quien abre más una herida infectada para luego poder cerrarla mejor, se dedica a cuestionar el carácter de “cuentapropistas” improvisados con que la Justicia calificó, nada más y nada menos, al espionaje a personajes tan importantes como el jefe del gobierno porteño Horacio R. Larreta; su vice en aquel entonces, Diego Santilli; el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó; el del bloque oficialista Nicolás Massot; la hermana de Macri, Florencia y su novio Salvatore Pica. Entre otros nombres que incluyen al periodista Hugo Alconada Mon, quien en el diario La Nación denunció los giros de dinero de un cambista brasilero ligado al Lava Jato al entonces titular de la AFI, Santiago Arribas.

La recorrida periodística panea sobre las relaciones con espías, algunos compartidos con la gestión kirchnerista, operadores judiciales y negocios turbios de un amplio espectro que incluye a la “Gestapo” del ministro de trabajo de Vidal, hasta los acuerdos “non santos” de jefe radical de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Losteau.

Se señala que la fuerte respuesta de Morales y el CN radical a las declaraciones de Manes, que no denuncia hechos nuevos ni critica cosas que en el pasado en forma parcial o total otros como Carrió no hayan denunciado, refleja algo más profundo que la mera disputa política por una candidatura al interior de la UCR. Cabría preguntarse entonces por qué en esta oportunidad este nuevo “destape” de la olla podrida que desnuda las íntimas relaciones del aparato de espionaje con un sector muy importante de la dirigencia política y sus relaciones con una justicia corrupta está causando tanto revuelo.

La explicación profunda no puede ser otra que lo endeble de un régimen político que, apoyado en un acuerdo de pagarle al FMI hasta el último dólar de esa tremenda estafa que significa el Stand By de U$S 45.000 millones contraído por Macri y los compromisos con los buitres acreedores de la deuda privada, va de tumbo en tumbo aplicando un ajuste cada vez más fuerte a una población que cada día descree más de los partidos y figuras tradicionales que los sostienen.

En pocas semanas saltamos de una grave crisis del oficialista Frente de Todos que provocó la salida de Guzmán y la sucesión de tres ministros (con Batakis y ahora Massa) en medio de una grave crisis de la economía, más el desplazamiento de las decisiones del poder de un presidente votado –Alberto- hacia el hasta ayer diputado y hoy superministro –Massa-. Ahora la crisis se desata con todo en el seno de la coalición de recambio opositora. Entre los defensores del régimen político prima la incertidumbre y se discute si se va a llegar y cómo se va a llegar al próximo evento electoral, incluso si se levantarán o no las PASO intermedias.

Los acontecimientos de la semana pasada, en los que él conjunto de las fuerzas del establishment con el ministro Massa a la cabeza, se unieron para intentar derrotar la lucha de los trabajadores del neumático y perdieron, sin duda han acelerado muchos de los elementos de esta crisis, en épocas de inflación al 100%, búsqueda desesperada de los dólares que reclama el Fondo e intolerable retraso salarial y de los ingresos populares.

Madanes Quintanilla, el dueño de FATE, quien había declarado que si la modalidad del conflicto del SUTNA se extendía iban a tener muchos problemas, en nuevas declaraciones en CNN radio volvió a insistir en su preocupación, no tanto por la cuestión salarial como por la ideología” que pretendían desarrollar los dirigentes del conflicto, esto es la izquierda combativa.

Trabajadores del SUTNA

Como señala el último editorial de Alternativa Socialista junto al bloque contra el SUTNA, “los descuentos a la docencia de Santa Fe, Santa Cruz o Chubut; la persecución a la comunidad educativa en CABA; la represión a las comunidades originarias en Río Negro y a la movilización de la Unidad Piquetera la semana pasada muestran al FdT y a JxC del mismo lado de la trinchera”.

Los propósitos que dice tener Manes de convertir a la vieja UCR en un “partido popular” suenan tan utópicos como los que desde la izquierda K sostienen que hay que pelear desde adentro de un gobierno y un frente ajustador y entregador del país, para que cambie el rumbo. En boca de dirigentes, no se trata del sueño equivocado de algún honesto militante, sino de una decisión consiente para seguir funcionando de tapadera democrática o progre de los partidos que sostienen un régimen corrupto y hambreador.

El cimbronazo radical y de JxC, seguramente vendrá acompañado de nuevos sacudones. Es necesario aprovecharlos para explicar pacientemente a millones que todavía no han roto con ellos, la necesidad de construir una alternativa política distinta, realmente democrática y de izquierda. Una tarea en la que estamos empeñados desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad, y a la que invitamos a acompañarnos a todos los que quieren luchar y cambiar de fondo las estructuras que nos impiden avanzar y aprovechar las inmensas riquezas naturales y humanas que tiene nuestro país. Que se puede luchar y ganar, ya lo demostraron los heroicos trabajadores del SUTNA.


[i] Cirugía a cielo abierto en la oposición. La Nación 06/10/2022

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