viernes, 19 abril 2024 - 08:40

COVID. Muere 1 menor cada 2 días y 540 se contagian a diario

Entre las noticias publicadas sobre la pandemia y cómo afecta a las infancias, queremos destacar esta nota en la agencia oficial Télam: “Coronavius. Hay casos menos graves en niñas, niños y adolescentes, pero igual de contagiosos”. Publicada el jueves 11, refiere al reciente informe del ministerio de Salud de la Nación, elaborado por la Dirección de Epidemiología e Información Estratégica con la información al 23 de febrero, sobre el total de casos de menores y adolescentes infectados, de quieres requirieron terapia intensiva o respirador, más el número de muertos y otra información, desde que comenzó la pandemia en Argentina.

Son datos críticos, que ahora sí aparecen publicados en Télam y en otros medios, acompañados de las opiniones de especialistas que los sustentan. Están a disposición de quien los quiera ver (aquí). Aunque intentaron negarlo durante meses, esos datos demuestran que les niñes también se contagian y mueren, como muestra esta nota publicada por Télam.

La dirigencia del PJ y de Juntos por el Cambio, así como sus voceros en la gran prensa, no se hace eco porque irían en contra de todo lo informado hasta hoy. Tampoco los menciona la burocracia sindical de CTERA ni de los gremios docentes de la CGT. Pero es muy importante que ahora se reconozca esta realidad, ya que en su momento se dijeron muchas falacias, afirmaciones deformadas e interesadas, sobre lo que en verdad sufren las infancias y jóvenes, a causa del SARS-CoV-2 en el país.

¿Qué objetivo perseguía aquella desinformación? Vencer toda resistencia social para imponer la idea de “nueva normalidad” y alcanzar la mayor presencialidad posible en las aulas, de parte de los gobiernos, la Iglesia Católica y las evangélicas, junto a las otras patronales de la enseñanza privada, sin tener que destinar los recursos, los salarios y presupuestos ni asegurar las condiciones epidemiológicas para un retorno seguro a las clases presenciales.

“Transmiten el virus igual que las personas adultas…”

Hoy, finalmente se afirma otra cosa, lo que es importante. Si bien, como señala la nota, la población pediátrica no supera el 10% de los casos totales desde que inició la pandemia, se reconoce como indiscutible que “niñas, niños y adolescentes transmiten el virus igual que las personas adultas, por lo que es clave que también sostengan las medidas de prevención”. Esto dicho a Télam por Rosa Bologna, jefa del servicio de Epidemiología e Infectología del Hospital Garrahan.

Lo mismo opina Analía De Cristófano, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y jefa del Servicio de Infectología Pediátrica del Hospital Italiano, quien además explica: “En mediciones indirectas de la carga viral hemos encontrado que tienen cargas similares a la de personas adultas. Y agrega: “saber que los chicos contagian y se contagian es muy importante en este contexto de retorno a las aulas”, debido a las medidas de prevención necesarias para disminuir el riesgo de transmisión. Incluso De Cristófano reafirma que “hoy ya no debería haber debate en relación a la capacidad de los niños y niñas tanto de contagiarse como de transmitir la enfermedad”.

Pero forzaron ese debate, malintencionadamente. Porque, como venimos sosteniendo desde enero, menores y adolescentes se contagian y contagian. Y no solo eso, sino que lamentablemente mueren y siguen muriendo. A un promedio de 14 menores al mes, tendencia que alertamos al proponer las 10 medidas para que los gobiernos garanticen las condiciones sanitarias, edilicias, salariales y presupuestarias para una presencialidad segura. Fue un análisis clave, que sería tomado después por el colectivo de gremios, seccionales y la Federación Nacional Docente (FND), al emitir un documento unificado el 18 de febrero.

La nota de Télam, si bien tiene la virtud de brindar los datos reales, ciertos, verificables, repite esa lógica de restar peso al sentido humano de las cifras. No solo en su título, sino cuando afirma que, “según información de la Sala de Situación del Ministerio de Salud de Nación, hasta ahora sólo 192.356 casos confirmados de coronavirus corresponden a menores de 20 años…”.

¿Sólo…? No puede haber otra explicación que insistir con minimizar el impacto de esos duros datos, al usar la palabra “sólo” antes de nombrar a casi 200 mil menores contagiados. Pero como nuestra tarea es echar luz, humanizar y darle sentido a esos datos, señalamos que ese término “sólo” implica un promedio de 540 menores y adolescentes infectados por día. Es decir, más de 22 pibes que se contagian por hora o un menor y adolescente contagiado cada 3 minutos, desde que se informó el primer caso de SARS-CoV-2 en Argentina.

Suben los casos y se mantienen las muertes en las infancias

Además y en vez de presentar una línea descendente como en el conjunto de la sociedad, los contagios en niñas, niños y adolescentes aumentaron un 50% entre los informes del ministerio de Salud del 9 de enero y del 23 de febrero pasado. Es que saltó de un promedio de 520 casos al día en los primeros 10 meses de pandemia, a un promedio de 784 casos diarios si tomamos los 45 días transcurridos entre un informe y otro.

Si bien se sostiene que la población infantil se enferma con menor gravedad, que la mortalidad es más baja y la mayoría cursaría la enfermedad con forma leve e incluso asintomática, la nota no puede más que sumar otros dos datos dramáticos y que merecen difusión. Como afirmar que “en referencia a los fallecimientos, desde el comienzo de la pandemia murieron 155 niñas, niños y adolescentes, 38 de los cuales eran menores de 1 año”.

Pues bien, en los días transcurridos entre el 3 de marzo de 2020, cuando se detectó el primer contagio en Argentina, hasta el 23 de febrero pasado, cuando sale este informe, esas muertes implican un promedio de 14 al mes, es decir, 1 muerte cada poco más de 2 días, con una edad mediana de 13 años.

Para darle más corporeidad a esos datos fríos, importa destacar que casi la mitad de esos menores fallecidos (el 47%), tenía menos de 10 años y que una cuarta parte (el 24.5%), eran menores de 1 año que ya no están. Faltan en sus familias con toda la angustia, dolor e indignación que ello significa.

El otro dato duro y que no podemos dejar pasar, muestra que “durante este período unos 417 niños, niñas o adolescentes requirieron cuidados intensivos”. Esto significa que más de 1 menor al día debe ingresar a terapia. O dicho de otra forma, que debe internarse 6 pibes cada 5 días en unidades de terapia intensiva (UTI), y de esos, un 34% requirió respirador artificial (ARM, Asistencia Respiratoria Mecánica).

Respecto del total de infectados, el 43% son de la provincia de Buenos Aires (81.912 casos), a pesar de reunir al 38,6% de la población del país. Seguida por otro 14% de los casos en la Ciudad, CABA (26.616 casos), pese a reunir apenas el 6,7% de la población total de la Argentina. Desnudando lo perverso del discurso y política de Larreta y su ministra Acuña, la Ciudad tiene la más alta tasa de incidencia en menores de 20 años, sobre la cantidad de casos por cada 100 mil habitantes, duplicando la tasa bonaerense y de Córdoba o Santa Fe (ver mapa).

Si comparamos la globalidad de casos, respecto a la cantidad de personas fallecidas, la Ciudad carga también con el número más alto del país, con un promedio de 211 muertes por cada 100 mil habitantes desde el inicio de la pandemia. Seguida por Tierra del Fuego (205), Santa Cruz (167), Río Negro (165) y la Provincia, con un total de 155 bonaerenses muertos cada 100 mil habitantes.

Apoyar las luchas docentes, unidad con las familias

En el debate con los sectores privatistas de la campaña #ALasAulas, a inicios de año fuimos la única corriente que investigó y difundió esta información. La que fue importante para intentar desenmascarar las mentiras y falsas conciencias que la burguesía y los gobiernos instalan. Lo hicimos buscando bajar a tierra, con datos científicos, lo que la pandemia hace sobre nuestras infancias y jóvenes.

El informe actual solo actualiza lo que sostuvimos en soledad a comienzos de año. Y corrobora que se mantienen las tendencias que denunciamos. Las que, al ser contundentes, sí fueron recogidas en el documento conjunto que difundimos entre gremios, seccionales y la FND a nivel nacional (descargar aquí).

Ese documento fue el marco de demandas y propuestas en la lucha por las condiciones para una vuelta segura. Junto a la necesidad de recuperar la pérdida salarial ante la inflación, que empobrece de forma sostenida a la docencia. Se daba así sustento político y educativo a la jornada nacional, con No Inicio y plan de lucha, desde el 1º de marzo.

Lucha que continuó el 8M y se sostiene hoy con rebeldías y distintos niveles de conflicto, ante el ajuste de Alberto y Trotta, Larreta, Kicillof y demás gobernadores, con la complicidad de la burocracia sindical. En medidas que hoy superan los frenos que quieren imponer en Santa Fe, Tucumán, Misiones, Neuquén, como antes en San Juan. En la masiva lucha de Chaco, los sostenidos paros de Entre Ríos y los conflictos aún abiertos en Mendoza, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Río Negro. Como antes fue en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, en Formosa, Catamarca, La Pampa y Salta, en un proceso que, con sus diferentes alcances y magnitudes, abarcó unas 15 a 16 provincias.

Difundir y denunciar esta situación de nuestras infancias y jóvenes por el COVID-19; el contexto epidemiológico y las condiciones para lograr una presencialidad segura; organizarse por escuela junto a las familias; hacer y exigir asambleas en los sindicatos; apoyar el proceso de luchas docentes por salario, son las tareas del momento.

Francisco Torres

Sec. Gremial de la FND

Alternativa Docente, ANCLA

MST en el Frente de Izquierda-Unidad

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