jueves, 25 abril 2024 - 08:24

Covid 19. Superamos los cien mil muertos

La cifra, 100.250 muertos por Covid, golpea duramente pese a los intentos oficiales por minimizar su impacto. La derecha de Juntos por el Cambio utiliza hipócritamente este número para hacer campaña electoral. Desde una óptica diametralmente opuesta venimos criticando las medidas muy insuficientes del gobierno y proponiendo políticas alternativas. Asimismo señalamos que es necesario cambiar para enfrentar una probable tercera ola que sobrevendrá de la mano de nuevas variantes.

Los voceros oficiales, también en campaña electoral, sugieren un cercano horizonte de pronta superación, acompañando sus dichos con la llegada de nuevos contingentes de vacunas y mostrando un exagerado optimismo sobre la baja actual en la curva de contagios y muertes. Las cifras del día de la fecha nos permiten tener un cuadro de la altura de la “meseta” en la que estamos. Mientras tanto, en el día de hoy se han reportado 19.697 contagios y 614 muertes. Una meseta muy alta para afrontar una tercera ola.

En estas duras épocas en que nos hemos acostumbrado a vivir con cientos de muertos por día, es conveniente recordar que, lejos del clima artificial que pretende instalar la propaganda oficial, nuestro país está ubicado en el puesto número once de muertos por millón de habitantes. Es el octavo entre los que tienen mayor cantidad de infectados, el undécimo entre las naciones con más casos fatales. En los últimos siete días, Argentina se ha consolidado como el décimo promedio en nuevos contagios y el sexto mayor promedio en muertes diarias. (1)

¿Cómo llegamos a esta situación?

La cuarentena realizada a comienzos de la pandemia en nuestro país pudo retrasar el pico de contagios; pero la falta de una estrategia de testeos masivos, la lentitud e insuficiencia en fortalecer a un sistema de salud sometido a décadas de desinversión y la negativa a implementar un sistema único como reclamábamos desde el MST en el FIT-U, hicieron que el contagio creciera con gran velocidad cuando se empezaron a abrir las restricciones. Este creció de manera exponencial cuando se decidió abrir prácticamente toda la economía. Entre sus primeras víctimas se encontraron los heroicos compañeros trabajadores de la salud, que pese a sus sacrificios siguen siendo ninguneados en sueldos y condiciones de trabajo por el Estado y los empresarios privados de la salud.

Apoyados en el descontento social creciente que ocasionaban las medidas restrictivas para millones de trabajadores, a los cuales no le alcanzaban los míseros subsidios para sobrevivir, la derecha hizo una fuerte campaña contra las restricciones sanitarias. El gobierno con el discurso engañoso de que “primero estaba la salud y luego la economía” abrió todos los días un sector más amplio de la misma favoreciendo los contagios.

Tardó muchos meses en aprobar un muy limitado impuesto a la riqueza”, negándose a considerar el proyecto presentado por el FIT-U que le hubiera permitido contar con los recursos necesarios para enfrentar los contagios, manteniendo las restricciones necesarias hasta que se contara con las vacunas. Límites de un gobierno progresista” incapaz de tocar las ganancias de grandes empresarios y multinacionales, muchos de los cuales, como los bancos, las industrias alimenticias o los agroexportadores, se están enriqueciendo como nunca.

La tardanza en el plan de vacunación

Al día de hoy contar con apenas un 11% de vacunados con dos dosis frente al próximo desarrollo comunitario de la variante Delta, con una altísima “meseta” de contagios que tenemos anuncia, como señalan especialistas, un nuevo crecimiento de la pandemia.

El gobierno atribuye este retraso a las demoras de los laboratorios en cumplir con sus compromisos, un hecho que se confirma en todo el mundo, donde han optado por maximizar sus astronómicas ganancias y vender toda su producción a las grandes potencias mundiales. La derecha, sin señalar este grave problema,  reclama no haber cedido antes a las leoninas exigencias de los laboratorios yanquis, que el reciente DNU presidencial termina aceptando. El gobierno se escuda a su vez en que igualmente todos los grandes laboratorios no cumplieron con los contratos pactados con los países dependientes.

Lo cierto es  el gobierno no nunca consideró, como proponíamos desde el MST en el FIT-U, la producción local y pública de vacunas. Prefirió confiar en los laboratorios extranjeros y en la planta de mAbxience (Pilar) donde se han producido casi 100 millones del principio activo de la AstraZeneca. Confió en la promesa de tempranas entregas que el laboratorio no cumplió, firmando además un contrato que no prevé ninguna penalidad por estos incumplimientos. Cuando era evidente que los tiempos pasaban, el virus avanzaba y las vacunas no llegaban, no hizo lo que Europa, la India, China o Rusia han hecho frente a la falta de vacunas: cerrar las fronteras para la exportación de vacunas hasta inmunizar a la población local.

No hizo lo que propusimos en el proyecto de ley presentado hace ya muchos meses por el FIT-U: declarar de utilidad pública el laboratorio de Hugo Sigman en Pilar. Para evitar dar el debate, primero ignoró el proyecto, luego mintió descaradamente al señalar que no se podían fraccionar y envasar las vacunas en el país, como ahora lo está haciendo el laboratorio Richmond con la Sputnik V. Si se hubiera optado por la salida que proponíamos, ya podríamos haber inmunizado a gran parte de la población y evitado muchas muertes. En esto, que lo obligaría a avanzar sobre la propiedad privada y los negocios capitalistas, no hubo diferencias entre el gobierno del Frente de Todos y sus opositores de Juntos por el Cambio. Cueste lo que cueste han defendido este principio sagrado.

La campaña electoral y un futuro muy difícil

El nuevo argumento electoral de la derecha es criticar las improvisaciones del plan de restricciones para el ingreso de vuelos al país frente al avance de la variante Delta en el mundo. Nuevamente los intereses de las clases más altas de nuestra población son más importantes que los cuidados para demorar su ingreso, en momentos que la vacunación de segundas dosis viene demorada.

Frente a ese cuadro, el gobierno en vez de lanzar un plan de testeos masivos, expropiar a los laboratorios mAbxience y Richmond para asegurarse contar con los millones de vacunas necesarias en corto plazo, sigue apelando a distintos contratos y recursos que tardarán mucho más tiempo que el que requiere el desarrollo del virus, para concretarse. Todos estos planes tienen algo en común, no quieren ni pueden traspasar el límite de la propiedad privada y los intereses de los laboratorios, que valen más que la vida de decenas de miles de argentinos.

Asimismo no se avizora un cambio en las políticas aperturistas. Guzmán ya ahorró y piensa seguir ahorrando muchos recursos  que en el 2020 se utilizaron, aunque en forma insuficiente, para ayudar a que la gente se quede en casa. Ahora, ante el inminente cierre del acuerdo con el FMI, necesita esos recursos para cumplir con las pautas con este organismo. Acá se termina el discurso electoral de Fernández que decía no se pensaba “arrodillar ante los laboratorios o los acreedores externos”.

¿Se podía haber evitado la pandemia?

Una de las hipótesis en boga liga las pandemias a la depredación ambiental que las necesidades del mercado mundial capitalista imperialista está produciendo. Nada les importa a los capitalistas con tal de hacer súper ganancias, como nada le importa al gobierno el firmar un acuerdo con los chinos para instalar cientos de criaderos de millones de cerdos, muy peligrosos para la salud de los argentinos, con tal de hacerse de dólares para pagar la deuda y mejorar los negocios de los capitalistas.

Una vez esparcido el virus, el lento accionar de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos de control, funcionales a los intereses de las potencias, la política de la burocracia capitalista china, la fragmentación del sistema de salud mundial dominado por los intereses capitalistas de grandes ganancias, entre ellos la de los grandes laboratorios, sumado a las condiciones de miseria de gran parte de la población mundial, hicieron el resto.

Si hubiera alguna duda, mientras el virus lleva más de un año haciendo estragos entre la población mundial, los grandes potencias concentran más del 90% de las vacunas, los laboratorios y los gobiernos imperialistas se niegan a liberar las patentes, y el Covid 19 sigue circulando entre cientos de millones, dando origen a mutaciones que amenazan incluso las inmunizaciones conseguidas con tanto esfuerzo.

Movilización y medidas anticapitalistas

Todos los gobiernos capitalistas del mundo, más de derecha o más progresistas, han actuado de sobre pique frente a tremenda crisis. La prevención no ha existido. La lógica de la ganancia capitalista a cualquier costa la ha dificultado, cuando no la ha impedido.

Está en manos de la lucha de los trabajadores y los pueblos el exigir e imponer a sus respectivos gobiernos que se tomen las medidas necesarias. En nuestro país, cada movilización de los heroicos trabajadores de la salud ha servido para empujar en este sentido. Cada vez que los trabajadores y los desocupados han salido a la calle le han puesto un freno a tanta desmedida locura por la ganancia a cualquier cosa de nuestros gobiernos capitalistas y los ha obligado a tomar medidas.

Ese es el camino. Seguir luchando en las calles y en el medio de esta pelea fortalecer una alternativa política a estos partidos que, con discurso abiertamente liberal o supuestamente nacional y popular, nos están llevando a este desastre de enfermedad, miseria y muertes. Ese es el camino que te proponemos recorrer juntos desde el MST en el FIT-U.

  • Fuetes: Clarín del 14/07/2021 y Chequeado 12/07/2021

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