sábado, 20 abril 2024 - 13:32

Córdoba: la Iglesia y su impunidad pandémica

A través de un comunicado publicado el jueves, el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, instó a cada parroquia a “discernir el modo de concretar el acompañamiento espiritual hacia sus fieles” (1), en un claro rechazo a las medidas tardíamente dispuestas por el gobierno provincial para detener el aumento de contagios en la provincia. Entre ellas, se encuentra la suspensión de las reuniones de cultos religiosos.

Este comunicado llega dos días después de la reunión del arzobispo con el gobernador Juan Schiaretti, quien le entregó el protocolo elaborado por el Centro de Operaciones de Emergencia (COE). La misiva de Náñez tilda de exageradas las normas e instrucciones indicadas por el organismo, y a su vez afirmó que “afectan a la salud espiritual de las personas, especialmente en un tiempo de cuarentena prolongada”.

Insiste en que, siguiendo los protocolos, se puede dar misa con los miembros de las congregaciones y utiliza un argumento bastante curioso para fundamentar su posición: “para una salud cuidada, todos los aspectos de nosotros mismos deben estar equilibrados. Mente, cuerpo y espíritu tienen que estar en armonía unos con otros. No podemos centrarnos, solamente, en lo material y descuidar lo espiritual. Así nos lo enseña la buena ciencia, a lo que se agrega la experiencia de la situación que estamos padeciendo desde marzo”.

En el contexto de una provincia que está cerca del colapso sanitario, con casi el 80% de las camas críticas ocupadas y más de 2000 casos nuevos diarios, la ‘buena ciencia’ del señor Ñáñez encierra en realidad un argumento profundamente dogmático y anticientífico. Congregar decenas de personas en un espacio cerrado con fines dudosamente esenciales, generando un foco de contagio, es un acto de clara irresponsabilidad.

Frente de la polémica generada, desde el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) afirmaron que se trató de una mala interpretación del protocolo y explicó que podrán celebrarse misas de hasta 30 personas (2), cediendo a la presión del Arzobispado.

La Iglesia no solo sigue siendo bancada económicamente, sino que goza de un gran poder político que le garantiza la impunidad de arriesgar la salud de su feligresía y la sociedad en general, pese a las recomendaciones de la OMS y las instituciones de salud; así como tuvieron la impunidad de participar en crímenes de lesa humanidad y abusar de niñes a lo largo de la historia.

Por todo esto, se hace cada día más necesaria la separación de la Iglesia del Estado para terminar con esta impunidad religiosa que es endémica en nuestro país, que le permite a la Iglesia hacer lo que quiera y arriesgar al pueblo. Hay que dejar de pasarles miles de millones de pesos que podrían ser destinados a educación, a garantizar trabajo y a mejorar el sistema de salud público que está al borde del colapso en esta “meseta” que no para de crecer.

Nacho Márquez y Candela Gambuli Castrilli

  • (1) https://www.facebook.com/253011131552936/posts/1669790593208309/r/cordoba/2059718-coronavirus-en-cordoba-la-iglesia-rechaza-las-limitaciones-a-las-misas/
  • (2) https://eldoce.tv/politica/cordoba-habilitan-misas-hasta-30-personas-capital-marcha-atras-carta-iglesia-arzobispo_104624

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