jueves, 28 marzo 2024 - 16:40

Córdoba. Informe de la Comisión Internacional

En la tarde del viernes se realizó, en la sede del sindicato Luz y Fuerza, una importante charla sobre el viaje y la actividad de la Comisión Internacional por la vida y la libertad de las y los presos políticos nicaragüenses, impulsada por la Liga Internacional Socialista. El panel estuvo integrado por Luciana Echevarría, legisladora y vocera parlamentaria de la Comisión y Ariana McGuire militante de Alternativa Anticapitalista de Nicaragua exiliada en Argentina.

La conferencia sirvió para compartir las principales conclusiones políticas del viaje, socializar la durísima realidad que viven las y los miles de nicaragüenses exiliados, intercambiar sobre la importante repercusión que tuvo la Comisión en Centroamérica y los desafíos planteados en la urgente tarea de tirar abajo la dictadura capitalista y estalinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Ariana McGuire

Ariana dio arranque a la actividad planteando: “En Nicaragua hay un estado policial de facto que entre otras cosas es responsable del trágico saldo de más de 500 personas asesinadas en las movilizaciones y presos políticos en condiciones deplorables. Lo que hay es una dictadura con todas las letras. Es una dictadura capitalista por las relaciones en la producción que han constituido en el país desde su vuelta al poder en 2007, por la alianza económica no sólo con el gran empresariado criollo sino también con el internacional, por la vinculación con los organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial, entre otros, por la entrega del territorio nacional a las empresas multinacionales del saqueo extractivista, y también por el nivel de enriquecimiento obsceno por parte del gobierno, por medio de la corrupción, la violencia organizada, lo que convirtió a Ortega-Murillo en una de las familias más ricas de Nicaragua y de Centroamérica.

La dictadura también es estalinista por los métodos violentos de persecución, vigilancia y represión que llevan adelante sobre luchadores y organizaciones sociales, campesinas, de estudiantes y trabajadores y cualquier persona que no se someta al régimen. Por eso no existe salida institucional en Nicaragua, y rechazamos la política de diálogo del gobierno, la iglesia y el gran empresariado”.

“La Comisión Internacional por la vida y la libertad de las personas presas políticas tuvo un impacto positivo tremendo. Nos ha permitido poner en perspectiva y fortalecer Alternativa Anticapitalista en Nicaragua, pero también a la Liga Internacional Socialista en Centroamérica. Ya que nos permitió vincularnos con las principales organizaciones en el exilio, ex-combatientes y militantes del sandinismo que recuperan esperanzas en una nueva izquierda, que denuncia que Ortega y Murillo de izquierda y socialistas no tienen nada”.

Luciana, quien viajó a Costa Rica como integrante de la Comisión Internacional que intentó ingresar a Nicaragua, explicó: “La actividad de la Comisión Internacional fue un acontecimiento político de mucha relevancia entre el exilio nicaragüense y en especial en la resistencia organizada desde Costa Rica, país limítrofe de Nicaragua.

La Comisión tiene el enorme mérito de haber colocado en la agenda regional y continental la desesperante situación nicaragüense y fortalecer la idea de que tirar esa dictadura asesina es una tarea de todas y todos”.

La legisladora aseguró que la determinación de llegar hasta la frontera y presentar un desafío directo, físico, a la dictadura, sorprendió al dúo gobernante y que eso forzó una respuesta militar desproporcionada en la frontera, su inédito cierre y días después, precipitó la remoción del embajador en Costa Rica.

Luciana explicó que haber hecho todo desde nuestra posición de izquierda, canceló la posibilidad de invocar el argumento de que actuábamos como correa de transmisión de la Casa Blanca.

Y frente a la consulta sobre el futuro de esta justa lucha explicó: “Todo lo hecho sirvió para moralizar y despertar la expectativa de organizaciones y familiares y, por supuesto, planteó nuevas tareas y desafíos. Como la elaboración de un informe que publicaremos en las próximas semanas y seguramente será un nuevo hecho político. Un aspecto crucial de toda esta movida internacionalista fue el de hacer conocer la otra Nicaragua, una que ni las derechas ni el progresismo encubridor quieren exhibir”.

“La respuesta de Ortega frente a esta acción, como su respuesta a la rebelión del 2018, tiene que ver porque vio allí un embrión de organización que lo podía tirar. Y hay mucho de eso en el exilio, muchas organizaciones que están articulando, y que nosotros con esta acción pudimos aportar nuestro granito de arena para que puedan estar un poco más unificadas. Y es con todos ellos que vamos a trabajar para tirar a la dictadura. Y en eso somos optimistas, no sólo porque no hay dictadura que dure 100 años, sino también porque hemos visto al pueblo nicaragüense luchar y resistir tantas veces, con Sandino, con Somoza, e 2018 e incluso ahora. Porque a la frontera no fue sólo la comisión, sino toda una caravana con más de 150 referente de organizaciones en el exilio. Por eso somos optimistas. Ahora bien, también tenemos que discutir una salida de fondo para Nicaragua porque no alcanza sólo con que Ortega se vaya, no queremos un orteguismo sin Ortega, y es el debate que tenemos con el empresariado y la iglesia allá, que, a pesar de algunos enfrentamientos con el gobierno, son el sector que siempre termina dialogando; mientras tanto es el pueblo nicaragüense, los jóvenes, campesinos, los que ponen los presos, los muertos. Por eso es que tenemos que discutir con todos ellos una salida realmente de fondo, que vaya más allá de sacar a Ortega, que pueda tirar a esta dictadura que es Capitalista y Stalinista”.

Al cerrar la charla, nos quedamos con los desafíos planteados para continuar la lucha en defensa de los derechos humanos en toda América latina, por el fin de la dictadura en Nicaragua y por construir una salida socialista en toda la región.

Lautaro Allassia

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