Los Carabineros de Chile se cobraron dos vidas en el marco del partido de la Copa Libertadores entre Colo Colo (Chile) y Fortaleza (Brasil), disputado el pasado jueves 10 de abril a las 21 hs en las inmediaciones del Estadio Monumental David Arellano.
La previa a un partido de libertadores terminó con dos muertes por represión
El trágico hecho ocurrió en la previa del encuentro, correspondiente a la segunda fecha de ambos equipos en la Copa Libertadores 2025. Tras una avalancha en una de las entradas del estadio, los Carabineros desplegaron un fuerte operativo de seguridad con una violenta represión hacia lxs seguidores del fútbol fueron al Estadio, provocando la muerte de dos personas. Según testigos, una de ellas fue atropellada por un camión hidrante.

Las víctimas fueron Mylan, un niño de 13 años, y Martina, una jóven de 18 años. A pesar de la conmoción que rápidamente se expresó en redes sociales y en todo el país, ni la CONMEBOL ni la dirigencia del club chileno parecieron reaccionar con la urgencia que el caso ameritaba: el partido continuó durante 66 minutos como si nada hubiera sucedido. Fue la propia hinchada del Cacique la que logró interrumpir el encuentro mediante protestas desde las gradas e incluso el ingreso al campo de juego.

Una política sistemática de violencia institucional contra las hinchadas
Este hecho reabre el debate sobre el rol de la policía en el fútbol, la seguridad de las hinchadas y la impunidad institucional, no solo en Chile, sino a nivel internacional.
Ante estos sucesos, la sociedad chilena reaccionó rápidamente organizando una protesta para el viernes 11 de Abril a las 20 hs en distintos puntos del país. La indignación fue tal que un carabinero fue formalmente imputado y Pamela Venegas, jefa del programa Estadio Seguro, presentó su renuncia tras fuertes cuestionamientos por la falta de garantías en la organización del evento.
La violencia en el fútbol no es nueva en Chile. Desde hace años rige la “Ley de Violencia en los Estadios” (N° 19.327), implementada tras enfrentamientos entre barras del mismo Colo Colo. Sin embargo, esta normativa no otorga licencia a las fuerzas de seguridad para reprimir con tal brutalidad ni justificar asesinatos de aficionados.
Comunicado del Colo Colo
Colo Colo emitió un comunicado dos horas después del partido, donde expresó:
“Lamentamos profundamente el fallecimiento de dos de nuestros hinchas en la previa del partido ante Fortaleza de Brasil en las inmediaciones del estadio. Enviamos nuestras más sinceras condolencias a las familias, amigos y cercanos”.
Sin embargo, al referirse a los hechos como “fallecimientos” y no como asesinatos, el club evita señalar la responsabilidad directa de la policía. Esa misma policía que luego también se presentó en la clínica donde se encontraban las víctimas, hostigando a familiares y allegadxs.
Diversas hinchadas del continente y clubes como el reconocido Palestino de Chile publicaron comunicados solidarizándose con lo sucedido.
Dos vidas valen más que tres puntos.
Ayer se apagaron las vidas de dos jóvenes que tenían todo un futuro por delante. Fueron a ver un espectáculo deportivo y terminaron siendo asesinados por la policía. Esto no puede seguir pasando. La actuación de las fuerzas de seguridad evidencia que su prioridad no es proteger a lxs espectadores, sino preservar el negocio, como quedó demostrado al permitir que el partido continuara hasta que los hinchas obligaron a detenerlo.
No alcanza con una renuncia ni con la imputación de un solo responsable. Todos los implicados deben rendir cuentas ante la justicia y el Estado debe garantizar la integridad física de todxs lxs seguidores del fútbol.
Esto no fue un hecho aislado. Es parte de una política sistemática de represión hacia las hinchadas populares, avalada por leyes que, bajo el pretexto de “ordenar el fútbol”, terminan habilitando la violencia institucional. No basta con la imputación de un solo carabinero, ni con renuncias tardías. Es necesario desmontar todo un entramado de impunidad: desde las fuerzas de seguridad, pasando por la legislación que las ampara, hasta los organismos como la CONMEBOL y los clubes que, con su silencio o complicidad, permiten que estas tragedias ocurran.
Hoy fue en Chile, pero puede pasar en cualquier parte. Basta de naturalizar la violencia institucional disfrazada de seguridad. Que la memoria de Mylan y Martina nos empuje a exigir justicia y construir un fútbol que cuida a quienes lo hacen verdaderamente grande: su gente.
Justicia por Mylan y Martina. Nunca más unx hincha asesinadx por ir a ver fútbol.
Abril Ledesma y Braulio Santana