jueves, 28 marzo 2024 - 11:00

Comenzó el 56° Coloquio empresarial. Ideas para los ricos

Hoy comenzó una nueva edición del tradicional foro de la élite empresarial de nuestro país. Esta vez con formato virtual, pero contenido bien real. Con el discurso inaugural de su titular, Roberto Alexander (IBM) y otros dirigentes, reclamando la profundización de medidas de ajuste y fomento patronal. La presentación del canciller Felipe Solá delineando una política exterior de gestualidad y apoyo logístico a la entrega. Y la fuerte señal del presidente Fernández prometiendo generar la mayor confianza y garantías para las ganancias de los ricos.

Comenzaron los debates y las ideas, por supuesto al servicio de cómo mejor descargar la crisis sobre les trabajadores y sectores populares. Sin dudas, a juzgar por las expresiones que figuraron en el “muro” de la plataforma del evento, fueron enérgicos los pedidos a Fernández, las críticas a la “falta de rumbo claro” y las exigencias de acelerar reformas y ajuste.

Si bien no se habló de medidas concretas, abundaron las gestualidades y las intenciones de despejar la crisis y tratar de avanzar hacia un país capitalista más normal. Claro que el evento se hace con el lapidario informe del FMI sobre la profundidad de la crisis nacional como telón de fondo.

En ese marco, los empresarios marcaron su pliego de reclamos. Alexander reclamó “abrir posibilidades, tener calidad institucional, justicia eficiente e independiente, competitividad, integración social…” Es decir, un marco de previsibilidad y paz social para asegurar sus ganancias en tiempos de crisis. Marcando una perspectiva no precisamente de recuperación sino de empeoramiento de la crisis económica agravada por la pandemia, reclamó un proyecto común, un plan por parte del gobierno. Reclamó y reclamó, pero reconoció los servicios de Fernández: “es el primer presidente peronista, luego de Menem, que participará del coloquio”.  La comparación sonó elocuente, por cierto.

Roberto Murchinson, presidente de IDEA, reforzó: “Coincidimos en que hay aspectos de ese capitalismo que tienen que cambiar”, y pidió decisiones a largo plazo.

Miguel Blanco, del directorio de IDEA y de Swiss Medical, emporio de la salud privada ratificó que rechazan toda medida que signifique intervencionismo estatal.

Y el presidente de Toyota, reivindicó los acuerdos con la burocracia del SMATA. Lógicamente, porque fueron un aval a los despidos, suspensiones, reconversión industrial y rebaja de salarios. Una joyita. Y una “idea” que se transformó en política de estado durante la pandemia.

A su turno, Alberto Fernández, que en sus diez meses de gestión tuvo una clara orientación de diálogo y consensos con el mundo empresarial, hizo esfuerzos por no defraudar a los popes de cien de las principales expresiones del establishment. También puso a la “confianza” como palabra clave de su alocución, hecha desde la quinta de Olivos. Desmintiendo devaluaciones globales y corralitos, juramentó tener un programa productivo, llamado a los empresarios a “trabajar juntos». El Presidente intentó despejar las nubes negras que hay en el horizonte económico social y la idea que el Frente de Todos no tiene un plan claro y estratégico de gobierno. Presentó una carta de intención, pero su imagen se demostró débil ante un empresariado que ve dificultades para que los de abajo acepten mansamente que le metan más la mano en los bolsillos.

Las repercusiones fueron muy discretas, por cierto. Porque las voces patronales piden pasar a la acción. Ello significa implementar el presupuesto de ajuste que está hecho a la medida del FMI y que incluye beneficios para ellos. Significa cerrar con el Fondo y avanzar con las reformas estructurales pendientes. Y darle curso al pacto social, para generar esa “confianza” que tanto abundó en los discursos y declaraciones de esta sesión inaugural.

Por ahora, son conceptos generales. Veremos la “ideas” que generen durante su coloquio. Les trabajadores por el salario y las condiciones laborales, en los barrios por el derecho a la tierra, los jóvenes contra la precarización, irán generando la respuesta. Este otro coloquio, por cierto, se corporiza en las calles.

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