Reapareció. Luego del atentado que sufrió, Cristina Fernández de Kirchner (CFK) volvió a aparecer en un acto público. Lo hizo en un plenario nacional de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), en el Microestadio Municipal de Pilar. La consigna que convocó a la jornada fue aquella acuñada por Lorenzo Miguel que reza: “No hay solución gremial sin solución política”.
Compartió mesa con el secretario general de dicho gremio, Abel Furlán, quien se había manifestado a favor de una candidatura de la ex presidenta. En el discurso éste se dio una defensa acérrima a los gobiernos de Néstor y Cristina donde, paradójicamente, las empresas fueron quienes ganaron más en comparación con los salarios. También dejó al descubierto las diferencias en política sindical con Alberto Fernández y los gordos de la CGT reclamando un bono por única vez. Para cerrar, negando el respaldo a una candidatura y dando saludos a su ladera política, hizo que todo el estadio coree: “Cristina presidenta”.
Luego de tres meses y dos días CFK hizo su primer discurso público. En primer lugar, se refirió al intento de asesinato que sufrió, haciendo una alusión crítica al “partido judicial”. Mencionó la calamitosa situación de los salarios, tomando al macrismo como problema central del problema, pero sin hacerse cargo de los años actuales de gobierno. Respaldó a Massa y su rol en el ajuste que está llevando en el Ministerio de Economía y justificó la política del “mal menor” con la fórmula inventada en 2019.
A la par, el presidente, manifestando las internas crecientes en el Frente de Todos, hizo un acto en Santa Fe. Mientras, millones de trabajadores y sectores populares sufren las consecuencias de la crisis económica en curso.
La vuelta: el salario en foco
“Hoy se cumplen 2 meses y 3 días de eso que vieron por TV, que yo también vi y que no me di cuenta”, con esas palabras CFK volvió a hablar en público tras el intento de homicidio que quiso efectuar Sabag Montiel. Momentos después apuntó a “ciertos” personajes relacionados al macrismo que, mientras avanza la causa que investiga el hecho, encuentra conexiones entre los mismos y grupos como Revolución Federal, organización ligada a Montiel. Al pasar, también criticó al “partido judicial” por tenerla como una perseguida política, según sus propias palabras.
Luego, dándose por desentendida de lo que ocurre actualmente con los ingresos de los trabajadores y como si no tuviera incidencia en el actual gobierno, se refirió a los salarios. Con una placa como fondo la vicepresidenta mostró las diferencias entre los niveles de productividad de las patronales y el nivel de los sueldos, y expresó: “tiene que ver con que vuelvan a pagar el salario de acuerdo a la productividad, es algo por lo que deben luchar los sindicatos. Por eso, también es necesario que se dé una suma fija que recupera el salario de los trabajadores. Y esto no va a detrimento de las paritarias”.
Como indicaba el mismo gráfico que se presentó en el acto, la diferencia entre esos indicadores tuvo un alza en los últimos años de gobierno del Frente de Todos, admitiendo el fenómeno de trabajadores contratados bajo convenio con ingresos de pobreza y precarizados. Esa posibilidad de aumento en la productividad, también se dio de la mano de una admisión de la precarización laboral sin igual, producto de varias reformas laborales por sector que se han llevado a cabo y que el propio gobierno ha admitido y festejado.
A la vez, la frase citada refleja una interna con el presidente y hasta con los propios sindicalistas con los que compartió el acto, ya que son más adherentes a la idea de un bono. El pedido de suma fija ya fue rechazado por Alberto en respaldo a los favores que recibe por parte de los gordos de la CGT (Daer y Acuña), quienes no quieren saber nada con esta medida para no perder protagonismo político. Sin embargo, ni la suma fija reclamada por CFK ni la política del presidente tiene algo que ver con establecer un aumento general que recupere el 20% del salario real perdido en los últimos cinco años y, además, establecer que ningún salario esté por debajo de la línea de la pobreza. Suma fija y aumentos por productividad, son expresiones a todo con los tiempos de reforma laboral. NI aumento general ni cláusula gatillo figuraron en el libreto cristinista.
Nada de eliminar el impuesto al salario
Otro de los puntos centrales de esta discusión planteada por la vice fue el pago del impuesto a las ganancias. Remarcó: “Uno de los grandes problemas de la República Argentina es la inequidad tributaria y la laxitud fiscal. Hay 891 mil trabajadores y trabajadoras que pagan impuestos a las ganancias y 640 mil trabajadores autónomos, 1 millón y medio de personas físicas pagan el impuesto a las ganancias, esas personas representan el 30% del total de ganancias y 226 mil sociedades comerciales representan el 52%”. Pero esa laxitud no es más que la permanencia del modelo propuesto por el peronismo que admite ganancias monumentales por parte del capital. Primero por considerar que el tributo más regresivo, como el impuesto al salario, se puede considerar un igual a los excedentes que recaudan las empresas con la explotación del trabajo ajeno. Ni eliminar el impuesto al salario ni la necesaria reforma tributaria progresiva gravandoa los ricos, estuvieron en las palabras de la vice.
Como ella misma dice, de economía hay que hablar con números. Como lo indica un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), durante los últimos dos mandatos de Cristina, los empresarios ganaron más que en el gobierno de Cambiemos. En las primeras 500 empresas del país, en el período 2012-2019 vendieron USD 240.334 millones por año. En el período 2012-2015 el promedio fue de USD 258.767 millones, mientras que en el gobierno de Macri fue de USD 221.901 millones. La inequidad tributaria, que se traduce en desigualdad social, ampliada en el reparto de la torta durante estos años con el binomio Fernández al mando del país, se encuentra puertas adentro.
Apoyo a Massa, resignación ante el FMI y acuerdo con los patrones
Con la decepción que significa este gobierno para sus votantes, Cristina intentó justificar la elección del presidente al que le “reclama” a diario por las medidas tomadas. Dijo: “Quiero ser sincera frente a mis compañeros y compañeras trabajadoras: los editorialistas hablan del experimento del Frente de Todos que no dieron resultado. Las decisiones políticas hay que juzgarlas y evaluarlas en el momento en el que fueron tomadas”. Y agregó: “Cuando el macrismo endeudó el país de una manera demencial, cuando volvió el FMI que Néstor le había dicho que se fuera… Yo tenía la responsabilidad, como responsable de la fuerza con mayor cantidad de votos, y el escenario internacional era complejo”.
En otras palabras, puso como excusa que las correlaciones de fuerzas no daban para más, una mentira flagrante. El Frente de Todos, juzgando las decisiones políticas en el tiempo que fueron tomadas, este año fue el garante de afirmar la presencia del FMI en el país, como mínimo, por diez años más legalizando la estafa macrista y adscribiendo a un préstamo de “facilidades extendidas”. Si miramos el continente, una nueva “oleada progresista” este año se vio reflejada en distintos resultados electorales, demostrando que los mismos en nada cambiaron esa actitud de entrega que habían mostrado los gobiernos que denuncian correctamente como neoliberales.
Peor es la hipocresía de Cristina cuando festeja los resultados del actual ministro de Economía, Sergio Massa. A pesar de estar llevando a cabo un ajuste sin precedentes y haber elaborado un proyecto de Presupuesto para 2023 con el FMI, que no es más que una declaración de guerra para los trabajadores y los sectores populares, remarcó: “El ministro de Economía está haciendo un gran esfuerzo administrando las consecuencias de lo que pasó”.
Seguido a eso, otra vez, volvió a levantar la idea de un consenso económico con diferentes sectores. Mientras denuncia la remarcación constante de las prepagas y el aumento indiscriminado de los precios de los alimentos, la vicepresidenta llama a acordar con los responsables de estas maniobras. Otra de sus gimnasias favoritas, querer hacer creer que los empresarios y los trabajadores pueden unir intereses, cuando son los primeros los que están volviendo insoportable la vida para estos últimos.
También sumó la idea de un “acuerdo democrático”. Exclamó que: “Necesitamos un acuerdo democrático en el que no esté presente una política basada en la violencia y desear la supresión del otro”. Pero cada vez que hay un reclamo que excede los límites del gobierno orquestado por el Fondo, el FdT responde con represión hacia los mismos. Un solo ejemplo basta, las familias de Guernica que nada tienen y fueron desalojadas por su discípulo, Axel Kicillof, en compañía de su represor favorito, Sergio Berni.
Sobra derecha, hace falta más izquierda
El verso de: “Es posible recuperar el salario de los trabajadores, porque ya lo hemos hecho”, ya no pasa para quienes están padeciendo una escalada inflacionaria y no saben cómo hacer para poder llegar a fin de mes. Lo dicho por Cristina no busca ser más que un discurso ordenador puertas para adentro, plagado de fuegos de artificios, que se enmarcan en el inicio de la carrera electoral de cara a 2023.
El peronismo no se dispone a hacer otra cosa que respetar lo pactado con el Fondo, incumpliendo incluso con sus promesas electorales realizadas en 2019 y 2021. Lo salarial, como la política ambiental, son dos de los más claro ejemplos. Querer seguir profundizando la explotación de Vaca Muerta y mostrarse con los altos mandos de Chevron, indica ese rumbo.
Así el mismo fantasma de los ´90 del que Cristina se asusta, pero del cual fue parte aunque trate de simular otra cosa, toma cuerpo en su propia coalición de gobierno como en las opositoras de Juntos por el Cambio y los liberfachos.
Ante este escenario, es indispensable que los trabajadores y sectores populares fortalezcamos una alternativa independiente que tenga un plan opuesto por el vértice. En ese marco se inscribe la militancia del MST en el FIT-Unidad, dispuesto a convertir a la izquierda en una opción de gobierno, para intentar terminar este ciclo de entrega del país. Convocamos a quienes se sienten defraudados con este gobierno del ajuste, a sumarse a construir esa alternativa que se necesita.