jueves, 18 abril 2024 - 05:32

Caso Fernando Báez Sosa. Punitivismo y mediatización

Compartimos una reflexión de Mayra Bottero directora y productora de cine, sobre el caso de Fernando Baez Sosa, como un aporte para pensar la comunicación en un sistema que mercantiliza el dolor como parte del negocio. 

Siempre que aparece la pregunta sobre “la Justicia” me siento interpelada, se me hace un rulo de pensamiento del que no logro salir por días y días… 

Vengo leyendo y escuchando sobre el asesinado de Fernando Baez Sosa y todo lo que de éste se desprende. 

Quisiera aportar subrayando con simpleza: la televisión es un negocio. Es un negocio que, en la actualidad, está prácticamente dedicada a vender “realidad”. La televisión vende, transforma en mercancía a la realidad, ya sea por la peripecia que significa ganar un premio en formatos de sorteo – juegos o a través de los noticieros y paneles periodísticos con temática coyuntural. 

Es efectivo porque es barato. Muy barato de producir. Desde hace por lo menos 18 años durante los veranos la televisión necesita tener en forma continua, durante la mayor cantidad de horas, un caso policial que le permita retro alimentarse de un mismo hecho que genere opinión y ansiedad de atención. 

Digo por lo menos 18 años porque en diciembre de 2004 sucede el desastre de República de Cromañón que fue tapa del diario Clarín durante 45 días consecutivos. 

Desde entonces la televisión replica la misma lógica con la cual hizo negocio ese verano. Esa lógica consiste en la comercialización de “la muerte sin controversia”. Es decir, la comunicación de un caso escabroso que apele al sentido común de la mayor cantidad de televidentes. 

Así sucede con Fernando. Las pruebas son contundentes, se sabe perfectamente quiénes lo mataron, cómo lo mataron y por qué lo mataron. El caso es tan monstruoso que nadie puede manifestarse en voz alta a favor del grupo de asesinos. Como nadie podría defenderlos abiertamente condenarlos es simple, rápido e indoloro. No agrede ninguna sensibilidad. Además, los villanos de esta película ostentan poder en su pueblo, pero no en una escala mayor, es evidente, con lo cual les permite a los medios mostrarse transparentes e independientes del poder económico. 

Como si fuese poco, la principal prueba es un video. La realidad ha generado un contenido perfecto, podemos estar de acuerdo en que queremos un castigo rotundo. Como todo negocio es una práctica filosófica y política de organización social. Por lo tanto, sus formas de producción no sólo generan ganancias a los dueños de ese negocio, sino que permiten perpetuarse como los protagonistas de la producción de ese mismo mecanismo que monopoliza la ganancia a perpetuidad. Los valores que destila esta forma de construcción de poder económico es la que después promueve que los medios se auto-perciban a la misma altura que la institución judicial, cuando libremente ofrecen la noticia y al mismo tiempo el pedido de una condena de por vida para los involucrados. Considerando su palabra autorizada incluso panelistas y periodistas enuncian el deseo de que el grupo de asesinos sea violado y golpeado hasta la muerte en prisión, agregando que de todas formas eso “es poco” porque Fernando no puede volver a la vida. Toda una paradoja macabra. Macabra y morbosa. 

La gran diferencia del negocio de los medios, respecto de otros negocios, es que puede construir su sustento intocable y al mismo tiempo operar en diversos canales de sentido. El pedido de violación en la cárcel permite seguir construyendo la idea de que la población carcelaria es asesina siempre, por ejemplo. 

¿Cómo podría la justicia ser una institución que imparte resarcimiento si se espera que quién haya propiciado la tragedia se defienda de algo todavía más cruento que lo que hizo? ¿De qué sirve ¿Podríamos idear nuevas formas de hacer justicia? ¿Existen alternativas? 

 No todo me parece mal en la cobertura mediática del caso. Pienso que, gracias al trabajo de construcción de pensamiento que sectores alternativos, de izquierda, feministas, que intentan corromper el sentido común establecido, podemos hoy hablar del caso de Fernando como un caso de racismo y poner sobre la mesa incluso en los medios masivos de comunicación que lo que sucedió es la consecuencia más clara del odio extremo con el cual se imparte poder en el mundo. 

Hay una pareja de padres inmigrantes que están siendo abrazados por la sociedad y eso no deja de ser un triunfo de estos tiempos. Nadie se atrevió a decir que Fernando hizo algo para merecer lo que le pasó… no es poca cosa conociendo nuestra historia. 

  • Mayra Bottero nació en la Provincia de Buenos Aires. Es directora y productora de cine. Dirigió Una casa lejos (2021) y “La lluvia es también no verte” (2015), documental acerca de la tragedia de Cromañón. Produjo los documentales “Memoria fotográfica” (2020) de Pablo Pintor, “El Espanto” de Pablo Aparo y Martín Benchimol (2017) y “Extramuros” de Liv Zaretzky (2017). Mayra es profesora adjunta en la materia Teoria y Estética de los Medios de la Carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la Universidad de Buenos Aires. Dicta el seminario de Producción Documental en la carrera de posgrado “Narrar lo real” de la misma Universidad. 

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