sábado, 20 abril 2024 - 09:07

Aumento de precios. Empresarios amenazan con desabastecer y no pagar sueldos si no les autorizan aumentos

Ante un nuevo rebrote de la inflación del 3,5 % en septiembre, con un acumulado interanual del 52,5%, el gobierno golpeado por el resultado electoral lanzó a través del nuevo secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, el congelamiento de precios de 1.247 productos por 90 días. La reacción empresaria no se hizo esperar: rechazaron el congelamiento y amenazan con desabastecer y no pagar los aumentos pactados en la paritaria de Comercio ¿Se mantendrá firme el gobierno o cederá como con Vicentin y el pago de la deuda? Desde el MST en el FIT-U exigimos aplicar la Ley de Abastecimiento, sancionar y expropiar a todo empresario que aumente precios o desabastezca y un aumento inmediato los salarios, jubilaciones y planes sociales para cubrir el costo de la canasta familiar.

Cuando el gobierno destacaba la “desaceleración” inflacionaria del 2,5% de agosto, este nuevo rebrote y la perspectiva de que en índice de octubre sea peor lo obligó a improvisar un congelamiento de precios sin aparente acuerdo con los empresarios del sector, que braman contra esta modesta medida que por 90 días congela los precios, desde el 1 de octubre pasado. Después de haber acumulado grandes márgenes de ganancia sobre la base de un salario real, jubilaciones y planes sociales cada vez más depreciados, la gran empresa envalentonada además por la debilidad del gobierno ha salido fuerte a cuestionar la medida anunciada.

Como bien señala Ismael Bermúdez en su análisis publicado en Clarín, “los precios de los alimentos básicos como carnes, pollo, filet de merluza, leche y lácteos (quesos, manteca, dulce, yogurt), aceite, café y yerba mate en un año le aumentaron hasta 25 puntos porcentuales por encima de la inflación promedio y unos 20 puntos por encima de los salarios formales y a las jubilaciones y pensiones”.

Las diferencias en algunos productos que son producidos en el país son escandalosas. Empezando por la carne que aumentó un 84%, mostrando el total fracaso de los acuerdos de precios de Español – Kulfas y también el de Domínguez, que logró en su acuerdo con frigoríficos exportadores apenas 6.000 toneladas por mes a bajo precio – tan solo un 3.3% del consumo local-. Pero son brutales los aumentos del pollo (68 %), la leche entera (67 %), otros productos lácteos (74%), el aceite de girasol (74%), el café (60), la yerba (70%), el vino (120%) y sigue una larga lista. Los aumentos son acompañados por una escandalosa especulación; por ejemplo, un litro y medio de aceite producido en el país se paga $ 273,66 en Capital y GBA, y trepa entre $ 309,25 (Patagonia) y $ 384,81 (NOA) en el interior.

Si tenemos en cuenta que los pobres destinan al menos la mitad de sus ingresos a la compra de alimentos, tenemos una impresionante transferencia de ingresos del pueblo trabajador a los grandes empresarios dueños de nuestra economía.

El tire y afloje entre el gobierno y los empresarios

El responsable de haber cedido a los grandes empresarios semejantes márgenes de ganancia es el gobierno de Alberto y Cristina Fernández. Empresarios con los que en las últimas semanas post PASO ha tenido cordiales reuniones y grandes concesiones, como las otorgadas a los grandes pulpos del negocio agropecuario con el objetivo de que traigan dólares para pagar la deuda; y las reuniones en la Casa Rosada con la presencia de altos funcionarios en las cuales se reafirmó el próximo acuerdo con el FMI y el que planea realizar en la fecha el presidente Fernández al conclave de la crema empresaria en el coloquio de IDEA.

Los empresarios no han dejado de remarcar y el gobierno con Feletti se ha visto obligado a contragolpear con medidas y “combativas” declaraciones y amenazas. En estos momentos estamos en el pico de la negociación y llueven ríos de tinta y declaraciones en los medios sobre que estos “congelamientos” nunca funcionaron, amenazando con el desabastecimiento. Otras, como la de Mario Grinman, presidente de la Cámara de Comercio que, en sus palabras, agrupa a “los empresarios más importantes del país«. Representamos el 65% del PBI y el 67% de la mano de obra formal ocupada” amenazan directamente con no pagar los sueldos de sus trabajadores: “Grinman explicó que es una decisión inviable para su rubro ya que en la paritaria de mercantiles se acordó un aumento del 9% para noviembre y dos incrementos más para diciembre y enero que no saben cómo se pagará con el congelamiento de precios” (Perfil 14/10/2021).

De paso, este empresario al igual que la patronal hasta hoy reunida en el coloquio de IDEA, se han cansado de remarcar que no van a contratar más trabajadores sino se dictan leyes de flexibilidad laboral, se termina con los planes sociales que le impiden pagar sueldos aún más bajos, se achican los impuestos que les tocan (bajando el déficit fiscal, o sea los presupuestos para jubilaciones, asistencia social, salud y educación públicas, etc.) y se acuerda rápidamente con el Fondo.

Los motivos de la escalada

En el análisis de Ezequiel Burgos de Clarín, se señala que la política de tarifas congeladas y de un dólar oficial subvaluado con respecto a la inflación como mecanismos de anclaje inflacionario han fracasado, y que la escalada tendría dos explicaciones: un ajuste de ganancias sobre la base de recuperar márgenes perdidos en medio de la pandemia el año pasado, lo cual sería parte de un fenómeno mundial, donde la inflación está trepando al doble de sus niveles normales (la inflación anual de EE.UU. fue del 6.5% con una pérdida salarial del 1,9%). El otro motivo sería la necesidad de posicionarse en dólares frente a una próxima devaluación, revalorizando sus stocks al valor del dólar blue. Los llantos de cocodrilo de los empresarios hablan también del aumento en los costos de sus insumos con componentes importados.

En el mismo artículo del matutino porteño, el economista Diego Lorenzo, director del LCG, desmiente la propaganda de la derecha y los empresarios que responsabilizan del avance inflacionario a una desmedida emisión monetaria, con la excusa de contar con la tan propagandeada y tan poco encontrada “platita” para llenar los bolsillos de la gente y revertir el resultado de las PASO. La emisión monetaria “es un paquete modesto, de menos de medio punto del PBI. Ni la emisión ni el déficit alcanzan a explicar por qué la inflación está subiendo ahora, porque en definitiva todo eso ya estaba presente antes», razona Lorenzo.

A todo esto hay que sumarle la importante especulación alentada por el gobierno, que ante el drenaje constante de dólares para pagar la deuda y compromisos externos y el precio inalcanzable del crédito externo (15% anual en dólares de acuerdo al actual riesgo país) se viene financiando con un gran endeudamiento interno a altas tasas (Leliqs, pases y otros instrumentos financieros).

Estos instrumentos generan una gigantesca bola de nieve que no para de crecer y constituye un enorme desafío para la estabilidad del sistema financiero y también del tipo de cambio. Según señala el economista Ramiro Castiñeira en INFOBAE, “los intereses anuales que habrá que pagar suman nada menos que 1,5 billones de pesos, es decir el equivalente a 15.000 millones de dólares.”

Muchas de estas colocaciones de deuda en pesos están realizadas por Fondos de Inversión (buitres) que operan en el país y que están intentando -ante la futura devaluación e inestabilidad económica- volver a posicionarse en dólares, realizando los grandes márgenes especulativos realizados en el mercado local.

En el día de la fecha justamente, el jefe de Gabinete, Juan Luis Manzur, se está reuniendo con las autoridades del fondo Templeton, del que se sospecha aún tiene colocaciones por U$S 2.000 millones, ya liquidó el pasado 3 de octubre el bono BONTE21 y está que trina por sus necesidades de adquirir dólar MEP o CCL, algo que de generalizase puede producir una corrida cambiaría. Nos imaginamos las nuevas concesiones que el jefe de Gabinete, amigo de estos fondos, va a realizarle; pero el hecho da cuenta de la fragilidad de una economía “atada con alambres”.

En definitiva, -acuerdo con el Fondo mediante- como señala Alejandro Bercovich en su último editorial publicado en BAE Negocios: “los hombres de negocios que quieren subirse a la ola de la recuperación desde antes que rompa, ahora que todo está tan barato en dólares , pretenden un nivel salarial aún más bajo, un sector del establishment coincide con parte del oficialismo y parte de la oposición en que puede recrearse un modelo de alto crecimiento con inversión alta y salarios modestos”.

Juan Luis Manzur

Cerrar filas para las luchas que se vienen y fortalecer una alternativa política de izquierda

Como este mismo editorialista señala, estamos prontos a cumplir 20 años desde la rebelión popular de diciembre del 2001. Para imponer un modelo de mayores ganancias, el empresariado con el aval del gobierno, la oposición y todos los que apoyan el acuerdo con el FMI primero tienen que frenar y derrotar las luchas de los trabajadores y el pueblo argentino. Y eso está por verse. Lo cierto es que lo que estamos presenciando son los condimentos de grandes y fuertes peleas para las que tenemos que prepararnos.

De miras a esas peleas y para la próxima vuelta electoral, desde el MST en el FIT-U exigimos un aumento inmediato de salarios, jubilaciones y planes sociales para cubrir el costo de la canasta familiar, la eliminación del IVA de todos los artículos que integran la canasta, que el gobierno cumpla con su medida de congelamiento y su amenaza de aplicar la Ley de Abastecimiento y un cambio total del plan económico. Empezando por romper con el FMI, dejar de pagar la fraudulenta deuda y descargar fuertes impuestos mensuales sobre todos estos grandes empresarios insaciables de ganancia, a costa de la superexplotación de los trabajadores argentinos.

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