sábado, 20 abril 2024 - 02:50

Apertura de Kicillof. Más relato que realidad

El gobernador bonaerense dio por iniciado el año legislativo en una sesión que duró casi dos horas. Dijo que este será “el año de la reconstrucción de la Provincia” y destacó la campaña de vacunación. Ante la atenta mirada de Berni, agradeció a las fuerzas de seguridad. También lo hizo con el personal docente y de salud, pero sin hablar de sus bajos salarios ni necesidades. Pese a las expectativas que había generado, su discurso tuvo mucho más relato que realidad.

Kicillof repasó lo ocurrido en el último año y agradeció “al pueblo bonaerense por su aporte solidario”, hizo una mención especial al personal de salud “por su trabajo heroico” y a los docentes porque pese a las dificultades “mantuvieron la continuidad pedagógica durante todo el año”.

Sin embargo, mantiene el presupuesto de salud casi en los niveles de Vidal en 2019: el más bajo en décadas con un 5.5% sobre el total, que en la pandemia “elevó” apenas a un 5,8%. Si lo sinceramos acorde a la inflación, podemos decir que cayó casi un 30% en términos reales. La inversión en salud debería haber llegado al menos al 10%, como lo exige la CICOP. Pese a que el propio viceministro de Salud, Kreplak, prevé “una segunda ola de contagios”, el gobernador no anunció ni siquiera una partida de emergencia.

Y en materia de educación Kicillof hizo oídos sordos al reclamo de los SUTEBA Multicolor, que se movilizaron esta mañana al Ministerio de Educación por sus condiciones salariales, sanitarias y de infraestructura para una vuelta presencial segura a las clases. Kicillof tan solo agradeció a les docentes y reivindicó el plan “Escuelas a la obra”, que contempla 937 obras sobre 19.387 establecimientos que tiene la provincia: tan solo el 4.8% del total. Eso sí: se alegró porque “se llegó a un acuerdo de paritarias con los gremios docentes y, hoy, 1º de marzo, iniciamos las clases en toda la Provincia”, omitiendo el descontento que por abajo hay hacia la burocracia, que pactó un aumento inferior a la inflación prevista y sin consulta a les trabajadores.

Aplausos para la Bonaerense, palos para la gente

Kicillof también le agradeció a la Bonaerense. Remarcó el estado de “gran abandono” de las fuerzas de seguridad. No sólo ante el motín del año pasado les concedió un aumento sustancial, sino que ahora les equipara los sueldos de con los de la Federal. “Era un reclamo histórico y se hizo”, dijo certificando un evidente fortalecimiento del aparato represivo.

Más caradura todavía fue decir que en Guernica las fuerzas de seguridad “actuaron sin violencia” y que lograron “dar una respuesta concreta al problema habitacional”. Si es por el tema habitacional, en la Provincia 2 millones de personas sufren falta de vivienda, 500.000 viven hacinadas y sin acceso al agua ni cloacas. Y si es por el tema violencia, Kicillof se olvidó de la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo Castro a manos de su Policía Bonaerense y de todos los casos de gatillo fácil, torturas y muertes en comisarías.

En vez de ir contra los 200 countries que están en situación irregular, Kicillof eligió aplicar represión en Guernica, donde sí hubo heridos.

Envalentonar y darle más centralización a esta policía es garantía de más gatillo fácil y violencia institucional. Son sobrados los casos de abuso de autoridad en toda la pandemia y ahora se suma la falta de respuesta, el encubrimiento y la complicidad ante los femicidios cometidos por personal de las fuerzas. La Bonaerense es la que reprimió a las amigas de Úrsula y uno de cada nueve agentes está sumariado por violencia de género. ¡Encima, a dictar la formación en género a los canas Berni puso al abogado de un femicida!

Una verdadera respuesta integral a la cuestión de seguridad sería disolver esta maldita policía y crear un cuerpo nuevo, distinto, preventivo y bajo control social.

El año de la vacuna, con pocas vacunas

Otro de los puntos relevantes del relato del gobernador fue la campaña de vacunación: “es la única campaña que nos preocupa este año”, dijo. También agregó que enfrentan un desafío muy importante porque los habitantes de la Provincia son el 40% del país, lo cual es cierto.

Pero resulta todavía no han terminado de vacunar al personal de salud de la provincia, recién comienzan con la docencia y no hay programación alguna para el conjunto de la población. Sin vacunación universal y masiva, no habrá inmunidad comunitaria.

Si realmente se quiere vacunar masivamente hay que suspender las patentes, encarar un programa de producción pública y, para evitar los vacunatorios vip como el de Ginés que se criticó incluso desde las autoridades provinciales de salud, poner el programa de vacunación bajo el control de trabajadores y usuarios para evitar todo privilegio político o del sector privado. Estamos lejos de ello. Talvez por eso, Kicillof no mencionó en sus dos horas de discurso a los 26.378 fallecidos, que representan el 50.7% del total del país y son más que una luz roja en su gestión sanitaria y una señal de demanda de vacunas para todes.

Nada contra los dueños de la provincia

Llamó la atención que, ante una crisis socioeconómica y sanitaria que se viene profundizando, no hubo una sola mención a los sectores de la economía concentrada, a los dueños de la provincia.  Justamente los sectores siempre tan criticados y señalados como el enemigo principal en su discursos y arengas por los dirigentes del progresismo K, sobre los cuales no se anunció ninguna medida para recuperar siquiera lo que evaden cotidianamente ni mucho menos un verdadero impuesto a la riqueza para financiar planes sociales y el programa de vacunación que hace falta.

Omitiendo medidas concretas para combatir la pobreza creciente que cruza la Provincia de Buenos Aires en general y el conurbano en particular, el largo discurso de Kicillof transformó la realidad en fantasía.

Leonardo Rando

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