lunes, 18 noviembre 2024 - 18:22

Educación ambiental. Agenda 2030: adiós pobreza, ¿hola miseria?

Mediante una serie de consultas al sector empresarial, las organizaciones de la sociedad civil y expertos de organismos internacionales y Naciones Unidas, la Asamblea General de la ONU adoptó en 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Los Estados Nacionales miembros de la Organización de Naciones Unidas aprobaron, en su momento, 17 objetivos y 169 metas que deberán ser cumplidos en 2030, de allí el nombre. En dicho documento reconocen que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza y afirman que, de no lograrlo, no podrá haber desarrollo sostenible.

Pero, ¿qué es la agenda 2030? La página oficial de la ONU define esta agenda como “un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. También tiene por objeto fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad. La aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) representa una oportunidad histórica para unir a los países y las personas de todo el mundo y emprender nuevas vías hacia el futuro. Los ODS están formulados para erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el medio ambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial”.

¿Qué es el desarrollo sostenible? Se define como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social”.

Al respecto, ¿realmente buscan un mundo sostenible? En el documento hay brillantes generalidades. Nos proponemos analizar entonces, tres objetivos:

4.- Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos

Desde el lanzamiento de la Agenda 2030, los sindicatos de educación en América Latina afiliados a la Internacional de la Educación han sido críticos sobre cómo se han planteado los objetivos de Desarrollo Sostenible y la forma en que la agenda quiere dar respuesta a los diferentes desafíos, principalmente en educación.

Se sostiene que son dos los peligros latentes que tiene el enfoque de la Agenda 2030 para las políticas públicas: El primer peligro es que la Agenda 2030 convoca al sector privado y empresarial como protagonista en el diseño, el financiamiento y hasta la implementación de la política pública. El segundo peligro lo constituye el enfoque y la narrativa alrededor de los datos, la Agenda 2030 hace del dato un fin en sí mismo, lo convierte en un contenido inconexo y carente de análisis.

Se establecen metas numéricas, logrando que las estadísticas se vuelvan un fin en sí mismas, provocando una ceguera que impide entender los contextos que dieron origen a ese dato. Es decir, se estandarizan los datos para hacerlos comparables.

Esa estandarización elimina los contextos multidimensionales a los que debe responder la política pública. Usar datos estadísticos para orientar la política pública no es el problema. De hecho los sindicatos, junto con otros sectores sociales, han sostenido la reivindicación de que la elaboración de las estadísticas incorpore datos sobre las poblaciones más excluidas, para que las políticas públicas respondan a las necesidades y los derechos de estas poblaciones. Contrario a esto, la Agenda 2030 propone un uso estandarizado y negligente de la información, lo cual acarrea impactos sociales, políticos y económicos negativos.

Cuando en nombre de la Agenda 2030 se habla de usar los datos de forma “independiente”, se banaliza el sentido de las estadísticas. Por muchos años los sindicatos de educación han alertado que la elaboración y el uso de las estadísticas no es imparcial ni es neutro. Han luchado en contra de datos estandarizados y a favor de la desagregación del dato, para que este incluya variables que reflejen las particularidades de género, de etnia, de edad, de identidad, de procedencia geográfica, etc.

Y es en este punto que se describen los avances de la humanidad dentro del hábito de la educación, tanto la subida en las tasas de alfabetización como la entrada de mayoría de niños y niñas a la escuela. El problema principal es que este dato contempla todos los sistemas educativos del mundo, que pueden no ser útiles de acuerdo a las competencias de cada niño y niña y sobre todo en la educación de los infantes de manera estatal.

Si nos ponemos a pensar en materias como geografía (obligatorio en todas las primarias estatales del mundo), hay que preguntarse qué y para qué sirve dentro de las competencias de cada infante. La respuesta más corta, sea posiblemente, crear una imagen abstracta del Estado.

¿Por qué al Estado le interesa que haya una imagen abstracta sobre sí mismo? Para responder, podemos remontarnos a la época feudal, donde un rey era visto como el poder o como el gobierno, lo que lo hacía blanco de críticas, esto resultaba en que si acaso a un rey se le ocurría abusar con su poder sobre sus súbditos, los súbditos le cortaban la cabeza; esto le pasó por ejemplo a Luis XVI.

Ahora, para que el Estado no sea objeto de críticas, llamamos al Estado como el nombre del país, diciendo que el gobierno somos todos. Así el gobierno cobra impuestos y pisotea a su gente en nombre de la soberanía nacional y entonces todos pasamos a ser responsables por haberlo votado. Dicho esto, es sumamente necesario entonces que le pongamos un rostro a ese ente gubernamental por medio de los mapas, por ejemplo.

Podemos preguntarnos también qué idioma se enseña. Es el idioma del Estado. La historia de quién se enseña. La historia del Estado. Las leyes de quién se enseñan. Las leyes del estado.

Lo que llama la atención en la propuesta de la ONU no es el hecho de que se analice la mejor forma de llevar a cabo una educación; sino que los estudiantes sólo y simplemente entren a la escuela, sin más, como si el sistema de incentivos no fuera determinante a la hora de educar a las personas.

13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.

Es un hecho que debemos ser “amigables” con el medio ambiente, a nadie le gustaría vivir en un lugar lleno de basura, tampoco donde la contaminación del aire es tan densa que no se pueda ver o dejar de ir al mar donde solíamos nadar debido a que el agua está llena de desechos tóxicos. Sin embargo, no parece una propuesta fácil, no es barato usar combustibles y energías alternativas, si se utiliza un tipo de recursos es porque son los más baratos en el momento. El cambio representa una gran deuda para los países en desarrollo, que de por sí tienen niveles altos de pobreza.

La ONU busca forzar este cambio y se demuestra a través de la siguiente estrategia: “Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales”. Ya no se está hablando de una sugerencia, sino que las mismas personas que viajaron en 80 jets privados a hablar de como nosotros, los seres humanos sin poderes estatales, contaminamos por el mero hecho de existir, están obligándonos a subsidiar empresas dedicadas a estos temas, cambiándonos radicalmente de vida, ya no buscando el pan de cada día, sino concentrándonos en una red supraestatal para lograr sus objetivos irrealizables en el corto plazo.

17. Fortalecer los medios de implementación y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.

Para que una agenda de desarrollo sostenible sea eficaz se necesitan alianzas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil. Estas alianzas inclusivas se construyen sobre la base de principios y valores, una visión compartida y objetivos comunes que otorgan prioridad a las personas y al planeta, y son necesarias a nivel mundial, regional, nacional y local. Es preciso adoptar medidas urgentes encaminadas a movilizar, reorientar y aprovechar billones de dólares de recursos privados para generar transformaciones a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se necesitan inversiones a largo plazo, por ejemplo, la inversión extranjera directa, en sectores fundamentales, en particular en los países en desarrollo. Entre estos sectores figuran la energía sostenible, la infraestructura y el transporte, así como las tecnologías de la información y las comunicaciones. El sector público deberá establecer una orientación clara al respecto. Deben reformularse los marcos de examen y vigilancia, los reglamentos y las estructuras de incentivos que facilitan esas inversiones a fin de atraer inversiones y fortalecer el desarrollo sostenible. También deben fortalecerse los mecanismos nacionales de vigilancia, en particular las instituciones superiores de auditoría y la función de fiscalización que corresponde al Poder Legislativo”.

Se refuerza que la principal meta de la agenda es utilizar recaudación estatal para alcanzar sus objetivos: “Fortalecer la movilización de recursos internos, incluso mediante la prestación de apoyo internacional a los países en desarrollo, con el fin de mejorar la capacidad nacional para recaudar ingresos fiscales y de otra índole”. Explícitamente nos están diciendo que el principal financiamiento para los proyectos provendrá de la recaudación fiscal.

En un país como el nuestro, atravesado por el efecto pinza de la crisis climática y el extractivismo, la dominación neocolonial que supone la sumisión al FMI y la perspectiva de una profundización del autoritarismo y la represión estatales hace ver a las metas de la Agenda 2030 como una broma. La verdadera agenda del imperialismo para países como el nuestro es la de reformas estructurales: privatización de salud, educación, reforma jubilatoria y más extractivismo.

Para impulsar una agenda al servicio de la educación pública, de calidad y con compromiso socioambiental, es necesario romper con el modelo productivo de miseria y ecocidio planificados al que nos condenan. Recuperar la soberanía es recuperar la capacidad del pueblo trabajador para decidir sobre su territorio y sobre su orientación estratégica, científica, educativa, cultural.

Contra la agenda mundial de los ecocidas que se pintan de verdes, impulsamos nuestra agenda de rebeldías con el II Foro Internacional de Ecología Política y Socialista de la LIS este sábado 8 de julio.

María Luz Vicente

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