sábado, 27 abril 2024 - 21:59

Acuerdo entre Nación y Larreta. La policía de la Ciudad y la Federal adquieren las pistolas Taser

La ANMAC autorizó la importación de pistolas Taser y vuelve a estar en el centro del debate la utilización de estas armas, supuestamente “no letales”. El gobierno de la Ciudad tenía compradas desde hace aproximadamente dos años sesenta de estas. La Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC) no autorizaba la importación de las mismas.

Marcelo D’Alessandro, ministro de Seguridad de la Ciudad, quien aún permanece de licencia por los chats con miembros del Poder Judicial que lo incriminan en varios delitos, luego de su viaje a la mansión de Lewis se expresó en Twitter. Polemizando con el Frente de Todos (FdT), los llamó “falsos progresistas” y los inculpó por muertes de efectivos policiales que, según él, se podrían haber evitado con el uso de estas armas.

Como nos tiene acostumbrado el gobierno nacional, ante cada presión por derecha cede y profundiza su carácter conservador. Aníbal Fernández es la expresión de esto. Anunció la compra de unas 100 armas Taser para la Policía Federal, cerrando así una “grieta” entre el FdT y Juntos por el Cambio (JxC) sobre el uso y la adquisición de las pistolas Taser.

¿Qué son las Taser?

Estás pistolas, supuestamente “no letales” son básicamente una picana eléctrica. Funcionan con descargas de electricidad muy fuertes que afectan directamente al sistema nervioso central, inmovilizando al individuo. El prospecto de estás dice: “Cuando alcanzan al agresor, le provocan hasta 19 contracciones musculares por segundo, inmovilizándolo de manera inmediata, permitiendo su arresto sin poner en riesgo la integridad física de los involucrados”.

Distintos organismos internacionales condenan el uso de esta arma por ser básicamente considerando un método de tortura. Además el lobby de “no letalidad” que las envuelve, ha provocado en los países en donde se utiliza un uso completamente desmedido y abusivo.

Algunos datos:

  • El uso de Taser en Estados Unidos ha generado más de 1.500 muertes probadas.
  • La American Civil Liberties Union (ACLU) también advirtió sobre los riesgos derivados de las Taser que ya no son utilizadas por las policías estadounidenses como un reemplazo del arma letal en situaciones de último recurso, sino como un instrumento de control. Este modo de usar las armas “menos letales” ha llevado a la multiplicación de muertes.
  • La mayor parte de las muertes relacionadas con uso de Taser no ocurren en el momento de la descarga, sino más adelante a causa de paros cardíacos o golpes al caer, entre otras situaciones posibles. Su utilización requiere un procedimiento especial de revisión médica inmediata (no posteriormente en la comisaría) de las personas a las que se aplique la descarga.

También está prohibido utilizar estas armas contra:

  • Embarazadas.
  • Personas con signos de intoxicación por alcohol o drogas.
  • Personas con padecimiento mental.
  • Personas ya arrestadas, esposadas o precintadas.
  • Personas que ya recibieron una descarga (no se pueden realizar dos descargas sobre la misma persona).
  • Personas a las que también se les arrojó gas pimienta. Una investigación del Home Office del Reino Unido confirmó que la aplicación de una descarga eléctrica con Taser puede generar una combustión química capaz de causar la muerte a quien antes haya sido rociado/a con gas lacrimógeno o gas pimienta.
  • Además, nunca se debe disparar al rostro, ya que de impactar en los ojos puede causar ceguera.

No a las Taser

Teniendo en cuenta estos datos y comparándolos con las estadísticas de abusos policiales y gatillo fácil que recorren a todas las policías del país, es imposible no sentir que estamos a las puertas de una nueva herramienta de tortura que las fuerzas represivas intentarán utilizar desmedidamente.

La habilitación del uso de este tipo de armas, que encuentra al gobierno nacional de los Fernández y Larreta en la misma vereda, se da en el marco de una campaña conservadora que impulsa la militarización de Rosario para “resolver” el problema del narco.

En este sentido, no sólo repudiamos la aprobación política de los discursos represivos de figuras como Milei, Espert o Bullrich por medio de la sanción de estas medidas. También denunciamos el paso atrás en materia de derechos humanos que significa la utilización de las Taser y el intento de envalentonar a la policía y fortalecer el aparato represivo.

Si realmente se quieren resolver los problemas de inseguridad, como primer paso hay que desmantelar y disolver las fuerzas represivas existentes en su integridad. Es necesario crear un nuevo cuerpo de seguridad totalmente distinto, que sea comunitario, democrático, de carácter esencialmente preventivo y de disuasión del delito, bajo control de los organismos de derechos humanos y de las organizaciones sociales. Conjuntamente con la creación de puestos de trabajo genuino, que apunte a terminar con la precarización y pobreza creciente en el país.

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