sábado, 10 mayo 2025 - 01:16

Excursionistas. Otra baja en el Fútbol femenino

El Club Atlético Excursionistas confirmó que no participará en los torneos oficiales de fútbol femenino organizados por la AFA durante la temporada 2025. Una decisión que, aunque justificada por razones económicas, se inscribe en un escenario mucho más amplio y preocupante: el retroceso del fútbol femenino en Argentina por falta de inversión, compromiso institucional y voluntad política.

Otra víctima de la desinversión y la precarización en la disciplina.

La noticia representa un golpe duro no solo para las jugadoras del plantel, sino para toda la disciplina. Excursionistas fue uno de los ocho clubes fundadores del primer campeonato de fútbol femenino en Argentina en 1991, y su salida de la competencia por cuestiones presupuestarias habla a las claras del abandono sistemático que sufre el deporte practicado por mujeres.

En 2022 y 2023, Excursionistas contó con un convenio con la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), que aportó recursos humanos, técnicos y financieros. Gracias a ese respaldo y al esfuerzo del club, el equipo logró mantenerse en la categoría e incluso mostró un rendimiento destacado, sumando figuras como Ichika Egashira (Japón), Ivana Macías (Ecuador) y Lucía Taborda.

Sin embargo, con el cambio de gobierno y el recorte a las universidades públicas, UNTREF se vio obligada a retirar su apoyo. Los intentos del club por encontrar nuevas alianzas fracasaron y, ante la prioridad otorgada al equipo masculino tras su ascenso, el fútbol femenino quedó relegado.

Durante 2024, el plantel femenino enfrentó condiciones indignas: entrenamientos al mediodía en plazas o predios prestados por falta de cancha, alquiler de espacios que absorbían el escaso presupuesto (2 millones de pesos mensuales), falta de indumentaria de juego y contratos compartidos entre jugadoras. A pesar de todo, el club cumplió con sus obligaciones salariales, pero la estructura ya era insostenible.

Excursionistas decidió no repetir un año tan duro, argumentando que no quería seguir exponiendo a las jugadoras a una situación injusta. Pero lo cierto es que lo injusto es que tengan que entrenar en plazas mientras los recursos del club se vuelcan a los planteles masculinos, lo injusto es que AFA no tenga una política seria de fomento, y lo injusto es que el fútbol femenino dependa de convenios externos para subsistir.

Un patrón de abandono.

Lo ocurrido con Excursionistas no es un hecho aislado. UAI Urquiza, uno de los clubes más importantes en la historia reciente del fútbol femenino argentino, también anunció en 2024 que abandonaría la disciplina. A pesar de haber sido multicampeón y referente del profesionalismo, la institución no soportó la falta de inversión y decidió dejar de competir, liberando un cupo en Primera que nunca fue ocupado. Las jugadoras fueron notificadas en medio de la incertidumbre y sin una estructura que contuviera su carrera.

Estudiantes de Caseros, por su parte, tomó una de las decisiones más crudas: ni siquiera se presentó a disputar la promoción para mantenerse en la categoría. A pesar de tener divisiones inferiores competitivas (que continuarán en ligas independientes), el club optó por desmantelar el plantel de fútbol femenino de campo sin mayores explicaciones, dejando a las jugadoras a la deriva. Fue el único club que ni siquiera respondió ante la chance reglamentaria de permanecer en Primera.

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Estos casos confirman que no se trata de hechos aislados sino de una lógica estructural: la primera opción de recorte ante cada crisis es siempre el fútbol femenino.

El abandono no es una excepción, es la regla.

La falta de recursos no es técnica ni inevitable, es una decisión política. El problema no es que no hay plata, es que no hay voluntad de priorizar el fútbol femenino. La mayoría de las jugadoras no tiene acompañamiento formativo desde edades tempranas, entrenan en condiciones precarias y deben combinar su carrera deportiva con otros trabajos para sobrevivir. No hay infraestructura ni políticas públicas serias para garantizar el desarrollo del fútbol femenino de manera igualitaria.

Es momento de dejar de naturalizar que el fútbol femenino se mantenga “con lo que hay”. De exigir a la AFA, a los clubes y al Estado que garanticen los derechos de las jugadoras y promuevan condiciones dignas para competir, entrenar y proyectarse.

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