lunes, 28 abril 2025 - 20:28

Córdoba. Gran elección de la Roja y Negra en ADIUC

En las últimas elecciones de ADIUC, el sindicato que agrupa a la docencia de la Universidad Nacional de Córdoba y de sus colegios preuniversitarios, nuestra Lista Roja y Negra logró un avance significativo que marca un punto de inflexión en la representación opositora al interior del sindicato. Con el 23,55% de los votos (309 sufragios), este espacio no solo multiplicó el desempeño electoral respecto a experiencias opositoras anteriores, sino que consiguió representación institucional en varios niveles de la estructura gremial.

La Lista Roja y Negra, un agrupamiento de delegados, activistas y docentes de 12 unidades académicas, irrumpió en la contienda electoral con un programa para enfrentar el ajuste salarial, la precarización laboral y la avanzada privatizadora en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Su conformación fue el resultado de un proceso que enlaza décadas de luchas sindicales, asambleas interclaustro y una nueva camada de delegados, articulado alrededor del sentimiento de bronca compartida ante la inacción de la actual gestión gremial de la Lista Naranja, y de la urgencia por dar respuestas válidas a los trabajadores de la docencia universitaria agobiados por el ajuste de Milei.

El contexto nacional no podría ser más adverso para la educación pública. Las universidades enfrentan un ajuste presupuestario sistemático que se traduce en deterioro salarial, precarización laboral y recorte de derechos. Precisamente en este escenario, la propuesta de la Roja y Negra encontró eco entre un sector importante del profesorado que busca alternativas para enfrentar las políticas del gobierno nacional.

El triunfo más contundente se dio en la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, donde la lista obtuvo el 51,7% de los votos, demostrando un fuerte apoyo entre los docentes preuniversitarios. Triunfo que toma más relevancia si se tiene en cuenta que ese día se realizó un paro sin concurrencia en el Manuel Belgrano, lo que mermó significativamente la participación.

Pero más allá de los números, lo relevante es que este crecimiento se dio en una coyuntura muy adversa: con escaso tiempo de organización (el cierre de listas fue el 14 de febrero, cuando casi no había actividad en la UNC) y recursos limitados, frente a la maquinaria electoral del oficialismo gremial, apoyado por gran parte de las autoridades universitarias.

La nueva composición de la Junta Ejecutiva de ADIUC contará con dos representantes de la Roja y Negra: Juan Balussi y Eugenia Gómez como vocales titulares. Además, nuestro compañero Raúl Gómez fue electo congresal a CONADU, lo que permitirá llevar las demandas de la docencia cordobesa a la instancia federativa nacional. Estos cargos no son meras posiciones protocolares, sino herramientas para impulsar una agenda de lucha que priorice la defensa de la educación pública y los derechos laborales docentes.

En este reagrupamiento estamos convencidos de que este resultado es expresión de un malestar acumulado entre la docencia. No se trata solo de votos, sino de una voluntad de cambio que venimos percibiendo en las aulas, en los pasillos y en las reuniones y recorridas durante la campaña. El aumento en la participación electoral —más de 1.300 docentes acudieron a votar, un incremento de más del 30% respecto a la elección anterior— parece reafirmar este diagnóstico.

El desafío ahora es transformar este capital político en capacidad de incidencia real. Los nuevos representantes tendrán la tarea de llevar adelante las discusiones sobre salarios, condiciones laborales y defensa de la educación pública en los espacios institucionales, apoyados en la elaboración colectiva y en el trabajo permanente con las bases. Al mismo tiempo, vamos a seguir bregando para que las minorías tengan una representación real en las decisiones del gremio.

Para estar a la altura de las circunstancias actuales, hace falta un nuevo modelo sindical basado en la democracia de base, la representación de minorías en la Junta Ejecutiva y la rotación de los dirigentes. Un sindicato que no se apoya en las bases está condenado a negociar migajas.

El primer acto público de la secretaria general electa por la Lista Naranja fue reunirse con el rector Boretto y la vicerrectora Mariela Marchisio, poniendo en evidencia que nuestra definición de un sindicato independiente de las autoridades era más que certera y necesaria.

Este crecimiento opositor ocurre en paralelo al deterioro de las condiciones materiales de la docencia universitaria. El salario pierde contra la inflación mes a mes, las jubilaciones son insuficientes y el trabajo se precariza. Frente a este panorama, la Roja y Negra propone un sindicalismo más combativo y participativo, que no tema confrontar con las políticas de ajuste pero que tampoco reproduzca las prácticas burocráticas tradicionales.

Una maniobra antidemocrática

Al final del escrutinio, la Junta Electoral, compuesta mayoritariamente por el oficialismo, desplegó una burda maniobra con la que pretende privar a la Lista Roja y Negra de parte de la representación obtenida. El estatuto de ADIUC —modificado por el actual oficialismo para recortar la representación de minorías— establece que: “Las minorías que superen el 10% de los votos tendrán derecho a obtener las vocalías titulares en la siguiente proporción: tres si superan el 30%, dos si superan el 20% y una si superan el 10%”.

La Junta Electoral resolvió, en base a una amañada (des)interpretación del estatuto, que a la Lista Roja y Negra, al haber obtenido el 23% de los votos, le corresponden dos vocalías, pero sólo sus cargos titulares, ya que la siguiente vocalía titular y todas las suplencias (incluidas las de la lista opositora) serían asignadas a la Lista Naranja oficialista. Es decir que, si alguien de la lista opositora faltara a una reunión o debiera renunciar por alguna razón, ese cargo sería ocupado por el oficialismo.

Nuestros apoderados fueron claros y objetaron que “el espíritu del estatuto busca una representación efectiva de la minoría y que esa representación debe mantenerse ante ausencia, renuncia o cualquier otra circunstancia por la cual el titular no pueda ejercer su vocalía (temporal o permanentemente); por lo tanto, considera que la correcta interpretación de dicho artículo es que las vocalías suplentes se correspondan en la misma proporción que las dos titulares que corresponden a nuestra lista; de otro modo, habría una distorsión en la representación elegida por las afiliadas y afiliados”. Hicimos constar esto en el acta respectiva.

En ese mismo documento dejamos constancia de que, si la Junta Electoral decidiera en otro sentido, se estaría violando la voluntad del electorado; por lo tanto, hicimos reserva de recurrir a la vía administrativa y judicial para preservar nuestros derechos y la voluntad de las y los afiliados.

La Lista Roja y Negra constituye una coalición de distintas fuerzas político-gremiales e independientes que reflejan la diversidad de la docencia en la UNC. Y, como es tradición en este tipo de frentes electorales, los cargos o bancas que se obtengan son rotativos. Esta práctica, sumamente instaurada en la tradición electoral de nuestro país por el Frente de Izquierda Unidad, permite que en una primera etapa el cargo electivo sea ocupado por el titular que pertenece a una de las fuerzas que integra el frente, y posteriormente sea ocupado por el candidato suplente, perteneciente a otro espacio integrante del frente.

Sin embargo, como única respuesta, la Junta Electoral, por mayoría (y con la sensata disidencia de un vocal), resolvió que a la Lista Roja y Negra le corresponden solo dos vocalías titulares y que las suplencias serían asignadas a la Lista Naranja.

En ese sentido, instamos a que se respete el claro pronunciamiento emitido por afiliadas y afiliados, quienes colocaron con su voto a la oposición en una representación de dos vocalías, con sus titulares y sus suplentes, lógicamente.

Gracias totales

El reconocimiento a quienes hicieron posible este resultado es amplio: desde la docencia que por primera vez se animó a votar a una alternativa opositora, quienes sumaron su tiempo en militancia y apoyo, las y los nodocentes, y agrupaciones estudiantiles como La Marea, que apoyaron y colaboraron en el proceso. En el mismo sentido, queremos destacar el agradecimiento a la comunidad del Manuel Belgrano, donde el respaldo superó todas las expectativas.

Lo que viene ahora es quizás más complejo que la campaña electoral: convertir este capital político en fuerza organizada e independiente de las autoridades universitarias y demostrar que otra forma de hacer sindicalismo es posible. En un contexto de ataques generalizados a la educación pública y la ciencia, la experiencia de la Roja y Negra en ADIUC se presenta como un laboratorio de alternativas que tributará a la necesaria pelea contra el gobierno nacional.

El mensaje final de nuestra lista es claro: este es solo el primer paso en un camino de construcción colectiva. Sabemos que las dificultades son muchas, pero también sabemos que cuando las bases se organizan, las transformaciones son posibles. En los próximos meses tendremos el desafío de lograr que este impulso inicial se consolide como una alternativa real en el complejo mapa del sindicalismo docente universitario. Porque sabemos que otro gremio es posible.

Alternativa Universitaria

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