Hoy lunes 4 de abril se conmemoran 50 años del Mendozazo, tres días de masivas protestas que provocaron la renuncia del interventor de la provincia, Francisco Gabrielli. Para poner en contexto de la situación global, el fin de la década del 60 y el comienzo de los 70´s estuvieron marcadas por rebeliones, revoluciones, conflictos políticos y sociales y hasta guerras imperialistas. El Mayo del 68 en Francia, la revolución cubana, la guerra de Vietnam son algunos ejemplos. Argentina no fue la excepción, numerosas puebladas se sucedieron entre los años 1969 y 1972, que desestabilizaron los gobiernos de facto de Onganía, Levingston y Lanusse. En Mendoza, un aumento del 300% en la tarifa de luz, fue la chispa que detonó estallido social, generado por la represión y ajuste económico de la dictadura. Sin embargo, la brutal represión terminó con un gran número de heridos, detenidos y el asesinato de 3 personas.
Para comprender mejor el proceso apelamos al testimonio de Irene Rondena, quien trabajó durante 30 años en la docencia y participó de los paros y movilizaciones que sucedieron en esa fecha. Durante aquellos conflictivos años ejercía su profesión en la Escuela Hogar Dr. Viedma, actual Escuela Hogar Eva Perón. Militante sindical, su trayectoria laboral estuvo marcada por la defensa de los derechos de los trabajadores de la educación. Durante el Mendozazo participó en las manifestaciones y huelgas generales de aquella época. Actualmente continúa afiliada al SUTE.
Del siguiente modo describe lo acontecido: “En abril de 1972 algunos gremios llamaron a una concentración en Casa de Gobierno, entre esos gremios estaban los docentes y “Luz y Fuerza”. Se concentró un gran número de trabajadores. Hubo cánticos contra el gobierno de facto de Lanusse. Se produjo una gran represión llevada a cabo por la caballería. Los docentes, que marchaban con sus guardapolvos blancos, fueron marcados por los camiones hidrantes con líquido azul. Esta reacción popular se la llamó el Mendozazo y tuvo una repercusión histórica”.
-¿Qué problemáticas afectaban al gremio?
–Los docentes salieron a reclamar por sus reivindicaciones como la pérdida de trabajo por el cierre de secciones o por el blanqueo de los ítems en negro que tenía su bono de sueldo, y que no eran reconocidos en las jubilaciones, también por los ajustes tarifarios.
Yo era militante sindical, no de la provincial. Trabajaba en la Escuela Hogar Dr. Viedma que dependía de la nación. El nombre real de la institución era Eva Perón, pero como estaba la proscripción ha dicho partido le pusieron así. A diferencia de las otras escuelas nacionales, que eran rurales, ésta se ubicaba en el parque General San Martín (ciudad). No estaba afiliada a ningún sindicato pero me movilizaba. Era delegada del turno tarde en mi trabajo. La nación tenía un sindicato débil en la provincia, sus principales dirigentes estaban en Buenos Aires. Aunque no tenían dirigentes importantes, se unían a las luchas del sector provincial, acataban lo que resolvía Marcos Garcetti. Mi escuela se movilizó cuando en Mendoza se resolvió el paro y la movilización.
-¿Cómo era el clima político de aquellos años?
–El gobierno militar se encontraba sumamente cuestionado. Se jugaba su permanencia en el poder y comenzó a negociar con las fuerzas políticas las próximas elecciones.
-¿Cómo viviste este periodo?
–Este periodo lo viví con mucha violencia. Había un clima de tensión, producto de las manifestaciones en otras provincias. Se percibía como el final de la dictadura. Sin embargo, la represión era constante lo que suscitaba la reacción de los trabajadores. Había un espíritu de unidad de que “estaban todos en la misma lucha”.
En ese momento tenía 34 años y acababa de tener familia. Tuve mucho miedo e incertidumbre. Cuando ocurrió la represión en casa de gobierno me tiré a una zanja para evitar a la caballería. Me saqué el guardapolvo embarrado y volví caminando a mi casa. Vivía en la 5ta sección. Mi marido no era militante por lo que no quiso que participara en las luchas, pero se la tuvo que aguantar. Muchos compañeros terminaron mal heridos por los golpes. “Como expresión en las calles la docencia fue de los sectores más combativos”.
-¿Qué métodos represivos utilizaba la dictadura?
–Los métodos utilizados por el gobierno de facto eran las cesantías y la represión indiscriminada. Recuerdo que había helicópteros que volaban rasantes para sacar fotografías e identificar a los participantes de las protestas. Ellos trabajaron también la fuerza de inteligencia en ese momento, metieron infiltrados en las marchas. Casi todas las movilizaciones terminaban en corridas. Nunca antes en Mendoza hubo una represión tan grande y menos contra los docentes. Siempre los docentes habían sido, en cierta forma, respetados.
-¿Qué significa que los docentes “eran respetados”? ¿Qué ocurre ahora con el sector?
–Después del 76 los gobiernos comenzaron a poner a la sociedad contra la docencia. Los hacían ver como unos vagos. Se comenzaron a considerar a las escuelas como guarderías. Había empleos que se los respetaba como el maestro, el bancario, el chofer, etc. Cuando un docente llamaba a los padres, ellos escuchaban atentamente lo que el docente tenía para decir y lo respetaban. Hoy la comunidad no tiene ese respeto, al educador se lo cuestiona. Cuando el gremio salía a las calles, la gente entendía que luchaban para conseguir derechos. Y el paro era la única medida efectiva. Ahora se lucha por los derechos perdidos y a los que paran se los trata de vagos.
-¿Qué opina de la lucha docente en la actualidad?
–Hoy en día el pueblo no reacciona, lo someten con más facilidad, la gente se individualizó. Pero creo que se debe al miedo generado por la última dictadura. Ya no se organizan grupos de trabajadores como en otras épocas. Desconozco a la docencia. Están muy paralizados en comparación con otras épocas en las que era un gremio combativo. Políticas como el ítem aula han frenado las luchas, en otros tiempos esto hubiera generado un escándalo. En los plenarios solo un puñado votan el paro, un puñado votan la movilización a las que después no asisten. No veo salida de lucha, más bien los veo entregados. No veo movimientos que puedan desestabilizar un gobierno ¡Será que ya estoy vieja!
-¿Considera que hoy necesitamos otro Mendozazo?
–Ahora es necesario un Argentinazo. Si hubiera posibilidad, se debería movilizar el país. Se debería hacer algo grande en Mendoza para recuperar derechos como el estatuto docente del 58, que los sucesivos gobiernos, peronistas y radicales, lo desguazaron. Y el cual lo obtuvimos tras luchas muy grandes. El estatuto delineaba los concursos, establecía la igualdad de puntaje para los diferentes cargos, entre otras cosas. Pero sobre todo servía a nivel nacional como una guía para las negociaciones con el gobierno.
-¿Algo más que quisiera agregar?
–Si, una anécdota. En 1966 hubo elecciones en Mendoza y ganó Francisco Gabrielli, del partido demócrata, la gobernación. Cuando ocurrió el golpe de estado de ese mismo año el gobernador viajó a Buenos Aires y la población creyó que había sido apresado. A su regreso a la provincia una comitiva del partido demócrata y radical salió a recibirlo, como si volviera sin el cargo, pero volvía como interventor.
A modo de reflexión final, desde periodismo de izquierda acordamos con la postura de Irene Rondena, de que en estos momentos es necesario un Argentinazo. Pues, esta es la única manera de frenar al gobierno en su conjunto y al terrible ajuste que pretenden descargar sobre la clase trabajadora para cumplir con las demandas del Fondo Monetario. Tras el acuerdo de Fernández, el FMI realiza revisiones trimestrales a la economía del país y demanda la aplicación de sus recetas para poder realizar nuevos desembolsos.
En base a la experiencia de los sucesos acontecidos en el país y en el mundo, somos conscientes que todo ajuste económico no se aplica si no es por medio del uso de la fuerza. En los últimos días hemos visto en Mendoza casos de abusos policiales como el desalojo en la Favorita y la represión en la exposición de un videoclip en Godoy Cruz.
Desde el MST en el FIT-Unidad repudiamos estos hechos y llamamos a la unidad de los trabajadores y los sectores populares para luchar como lo hicieron en el Mendozazo, contra el ajuste del Fondo y toda medida que pretenda avasallar nuestros derechos.