viernes, 22 noviembre 2024 - 19:36

Desempleo e inflación. Las mayores preocupaciones de la sociedad

A trece meses del inicio de las medidas de restricción para combatir el coronavirus, la incertidumbre por la desocupación y el aumento incesante del costo de vida son los problemas que más preocupan en la Argentina, muy por encima de la salud, según demuestra la última encuesta de Zuban Córdoba y Asociados.

Superando los 20 mil casos diarios desde comienzos de abril y con picos que rozaron los 30 mil en los últimos diez días, el inicio de una segunda ola de Covid-19 en nuestro país es un hecho confirmado. Las recientes medidas de restricción de circulación y cese de la presencialidad escolar, decretadas por un gobierno nacional que no puede disimular su improvisación y falta de comunicación interna a la hora de tomar decisiones, son todavía insuficientes para recuperar la estabilidad de la tasa de contagios que había logrado en el pasado mes de marzo.

Aun así, una encuesta realizada por la consultora Zuban Córdoba y Asociados (1) muestra a la salud en el quinto lugar entre los mayores problemas en la vida cotidiana, con un 6,4%; en un paneo en el cual el desempleo ocupa el 29,3% y la inflación un 18,3% entre las inquietudes de quienes participaron en la misma, de acuerdo al muestreo efectuado a lo largo del país en el mes de abril.

Los números duros

Lejos de demostrar esto una falta de responsabilidad de parte de la sociedad en relación al coronavirus, como intentan plantear el gobierno y sus defensores – la misma encuesta grafica la aprehensión respecto de las medidas individuales y públicas concernientes-, estas preocupaciones claramente se condicen con el panorama económico que estamos transitando.

Repasemos las cifras que arrojó recientemente el INDEC sobre ambos factores: el desempleo alcanzó el 11% (unas 1,4 millones de personas) en el último trimestre de 2020 y la subocupación ronda el 50,3% en el sector ocupado (unas 5,75 millones de personas). A su vez, cabe destacar que el 32,7% del sector asalariado (unas 2,7 millones de personas) están de manera informal. Otro dato significativo es que casi el 54% del sector desempleado se encuentra desde hace 6 meses o más en búsqueda laboral (2).

La situación se vuelve aun más alarmante si cruzamos estos datos con los de la carestía: el mes de marzo cerró con una inflación mensual del 4,8%, en una variación del 42,6% respecto de marzo 2020 y un acumulado del 13% en el primer trimestre de 2021 (3). Estos números distan claramente de los que marcan el ritmo de aumento de los salarios, que apenas alcanzaron una suba de 29,6% anual, según el informe oficial del mismo organismo (4).

Las políticas detrás de los números

A mediados de 2020, el panorama global de completa incertidumbre respecto del futuro de la economía a merced del parate productivofue la excusa ideal, no solo de nuestro gobierno sino de todos a nivel mundial, para justificar el empeoramiento de la situación económica. La burguesía en su conjunto utilizó a todos sus voceros para alentar un rápido regreso a los puestos de trabajo de la población, arriesgando la salud y la vida de miles de millones y demostrando una vez más su desprecio absoluto por la clase trabajadora.

A meses de haber regresado a una actividad económica casi normalizada, con todos los aditamentos de precarización surgidos en la nueva normalidad, como los empleos home office y las contrataciones aun más flexibles, la validez de estas excusas se desploma casi por completo y la necesidad de medidas de fondo se hace cada vez más evidente.

Al gobierno de Alberto Fernández le pareció suficiente el pasado año ofrecer las tres entregas del IFE, con las cuales siquiera podía costear el alquiler una familia promedio. Las prohibiciones de despidos y suspensiones no encontraron en la realidad una fiscalización adecuada y menos aún una sanción para los empresarios que las incumplieron. El proyecto de generación de una renta básica universal, propuesta histórica de la izquierda, más necesaria que nunca en este contexto en el que 42% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza, fue completamente desoído una vez más; así como la aplicación de un impuesto permanente a las grandes fortunas, que crecieron de manera notable desde el inicio de la pandemia y que serviría como base para poder generar una renta universal.

Es imperativo que el gobierno y la oposición por derecha dejen de insistir en que la ecuación económica plantee que cuidar la economía implica una apertura comercial irrestricta, en desmedro de las medidas de cuidado de la salud y viceversa. La salida de la crisis económica está en dejar de subsidiar los negocios multimillonarios de algunos, como la megaminería, el agro o el desarrollismo y comenzar a tomar medidas de fondo para garantizar empleo genuino, salud y educación pública de calidad.

Nacho Márquez

1. https://zubancordoba.com/portfolio/informe-argentina-abril-2021/

2. https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/mercado_trabajo_eph_4trim20126C4AD8D8.pdf

3. https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/ipc_04_21CDDCA5F8DD.pdf

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