viernes, 19 abril 2024 - 13:00

23 de enero. Día Nacional de les músiques 

Desde el año 2015 que celebramos el Día Nacional de la persona música en conmemoración al gran cantante, guitarrista, compositor y poeta argentino Luis Alberto Spinetta. Se eligió este día de homenaje por considerarlo uno de los más influyentes músicos argentinos y un emblema del rock nacional y, también, como un momento en que les músiques podemos hablar de nuestras reivindicaciones históricas. 

Alma de diamante

Luis Alberto Spinetta nació el 23 de septiembre de 1950 en el barrio de Nuñez de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fue parte de la primera generación de músiques que impulsaron el rock nacional. En 1968 formó la banda Almendra, que sacaría su primer LP en 1970 con temas como «Muchacha ojos de papel» (considerado en 2002 la segunda mejor canción de la historia del rock argentino por la revista Rolling Stone y la MTV). Años después grabó con Pescado Rabioso, Invisible y Spinetta Jade (banda donde tuvo una gran influencia del jazz). 

En el año 1979, luego de que la dictadura militar haya prohibido los recitales de rock y censurado a muchísimas bandas, Spinetta vuelve a tocar con Almendra, recital que fue histórico por el contexto político y social del momento. Según cuenta Emilio de Guercio (integrante de Almendra) en una entrevista para canal Encuentro ese recital fue un intento por reconectar con el público de Almendra y calmar con música el momento difícil y el dolor que causó la dictadura. 

El autor de «Todas las hojas son del viento» durante toda su carrera se ha mostrado con una humildad que lo ha hecho aún más grande de lo que es. A veces, en entrevistas hablando sobre el ego, la importancia del cuidado de les demás, del que tenemos al lado; o expresándose contra la comercialización de la música y dándole más importancia a la expresión artística que a la acumulación de ganancias (cosa que llevó a la práctica en todas sus obras). 

Entre muchos de sus actos de amor, es hermosamente recordado por les docentes cuando les fue a dar su apoyo en la lucha con la histórica consigna de la «Carpa Blanca» enfrentando a la Ley Federal del menemismo. «Honestamente yo no soy nadie, pero ahora soy un montón, porque soy todos ustedes y me encanta estar así, como si fuera un grano de arena más en un inmenso material de una solidez muy grande que son los maestros. Y solamente con la intención y con mi corazón de impulsar aún más esta idea que va a beneficiar todos», dijo Spinetta frente a miles de docentes, en la Carpa Blanca, la huelga de los maestros ayunantes, en julio de 1997.

Mañana, ¿es mejor?

Como dijimos al principio de esta nota, la intención de este día homenaje a les músiques de nuestro país también es hablar de nuestras reivindicaciones históricas. En la sociedad capitalista la labor de les músiques es constantemente maltratada. Se elitiza, como si sólo los sectores de clase alta o media tuvieran derecho a dedicarse a la música. La música que, como decía Spinetta, alimenta nuestra alma como la comida alimenta nuestro cuerpo, es esencial para el desarrollo de la vida de cualquier persona. El capitalismo, que le niega a las mayorías el derecho a una alimentación sana, también les dificulta el acceso a la música. El capitalismo, que vende comida chatarra con el fin de generar más ganancias y sin importarle la salud de las personas también comercializa la música sin importar la calidad artística de las mismas. 

Hoy en día, la gran mayoría de les músiques de nuestro país trabajan de manera independiente porque la industria musical sólo tiene lugar para un pequeño sector. El arte independiente, es hoy uno de los sectores más golpeados por la crisis económica. Por dar un ejemplo, los instrumentos musicales y los equipos de grabación están a precio dólar, mientras la mayoría de les músiques cobramos las entradas en pesos devaluados, donde sabemos que tocar cada vez rinde menos económicamente. Últimamente se ha generado una naturalización de la triste realidad de que organizar una fecha lleva una inversión y un trabajo muchísimo mayor a lo que podés ganar cobrando una entrada que tu público pueda pagar o haciendo eventos a la gorra para que la gente tenga acceso. Vivir de tocar se ha convertido en un privilegio que en general, sólo tienen quienes más plata invierten en marketing y producción. Ya no es ni el «talento», ni las cualidades artísticas, ni la creatividad las que garantizan que nadie viva de tocar. A su vez, la industria musical impone modas donde utiliza a les músiques, les explota y les descarta cuando ya no le sirven. Como una mercancía, descartades como esa camiseta de la temporada anterior que ya no te gusta más. Es sólo el pueblo quien recoge y valora el trabajo de les músiques, quien hace que la música no sea descartable y la vuelve parte de su propia vida, arraigada ante la necesidad de nutrir el alma como se nutre el cuerpo con un guisito en el invierno. 

Spinetta sobre la comercialización de la música.

En nuestro día, es importante recordarnos la importancia social de nuestro trabajo, a nosotres que nos ha pasado de decir «Soy músico/a» y que venga alguien y nos pregunte «Pero, ¿de qué trabajas?» Recordarnos que hoy en día muchas veces somos mucho más que músiques arriba del escenario: somos emprendedores, community manager, productores, sonidistas y un montón de cosas que casi nadie ve ni valora. Y también, recordarnos que la competencia es cosa capitalista y la música es mejor si tendemos redes entre nosotres y la hacemos compartida. 

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